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Salud mental

El lado oscuro del consumo de pornografía entre los adolescentes

Las conductas sexuales compulsivas entre la población irrumpen en las consultas de los especialistas: preocupan las que afectan a niños de 11 a 13 años

Una psicóloga explica que detrás de la adicción al sexo hay "carencia de relaciones afectivas"

Europa Press

J. Hernández

Las conductas sexuales compulsivas crecen entre la población, especialmente en los adolescentes, lo que se refleja con mayor frecuencia en las consultas de los especialistas en salud mental, donde irrumpe la adicción al sexo, con casos muy precoces pues se observa un aumento en niños de 11 a 13 años.

Los expertos señalan que este tipo de comportamientos deriva a menudo del consumo excesivo de pornografía y suele utilizarse como una vía de escape frente al estrés, la ansiedad o la soledad, al igual que ocurre con la ludopatía en forma de apuestas y juego, que siguen escalando. El uso reiterado y sin control del porno puede generar una visión distorsionada de la sexualidad y las relaciones humanas y afectar negativamente al desarrollo emocional y social de los más jóvenes, fomentando actitudes agresivas, expectativas irreales y dificultades para establecer vínculos afectivos saludables.

El uso reiterado del porno puede afectar negativamente al desarrollo emocional de los más jóvenes, fomentando actitudes agresivas

Coincidiendo con el Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra este viernes, los profesionales insisten en la importancia de una educación sexual integral, el acompañamiento psicológico y la comunicación abierta con padres y educadores, para prevenir estos efectos y promover una sexualidad responsable y respetuosa.

Aumenta la adicción al porno en la población, sobre todo entre los menores

Aumenta la adicción al porno en la población, sobre todo entre los menores / Fernando Bustamante

Antes de los 10 años

Según una investigación de la Universitat Oberta de Catalunya, uno de cada cuatro varones adolescentes accede a contenidos pornográficos diariamente, frente al 5 % de las chicas; y también uno de cada cuatro chicos admite haber visto porno antes de los 10 años. Coincide con el dato de que un 20 % de los menores pueden presentar trastornos de ansiedad según los datos que manejan los centros de psicoterapia.

Los nativos digitales son los más afectados por estas conductas de adicción al sexo en pleno proceso de maduración. “Puede estar originado por el fácil acceso a internet, que permite un acercamiento contundente”, señala el psicólogo de Alicante David López Rodríguez, especializado en terapias para adultos, adolescentes y parejas. Ambientes de estrés y ansiedad como los que se viven en la actualidad pueden acercar a este tipo de conductas de alivio y distracción.

"El fácil acceso a internet y la falta educación afectivo-sexual en la familia conducen a que la pornografía se convierta en su escuela"

David López

— Psicólogo de Alicante

Aunque la adicción se cifra en un 6 % de la población, el aumento entre los adolescentes es motivo de preocupación en los profesionales. Otros factores a los que apunta el psicólogo alicantino son que aún la sexualidad puede ser tabú en muchas familias y que la falta de comunicación y educación afectivo-sexual conduce a que "al final la pornografía se convierte en su escuela”.

Listas de espera de dos meses para cita con el psicólgo

Después de dispararse la demanda tras la pandemia también en las consultas privadas de salud mental, los psicólogos privados siguen sin absorber la lista de espera, que se mantiene entre un mes y medio, y dos meses. No es tanta como hace unos años pero no pueden eliminarla por los retrasos en la pública que lleva a muchas personas a pagarse un psicólogo privado. Las patologías en ascenso son la ansiedad en todas sus formas y la depresión, que siguen escalando.

Parafilias

El especialista abunda en que, a estas edades de falta de madurez, el consumo de porno lleva a una visión distorsionada y a expectativas poco realistas con respecto al sexo, a parafilias y a una menor empatía hacia la otra persona, normalizando situaciones que se visualizan. Existe la posibilidad de que se perpetúen esas conductas, advierte el psicólogo: si se repiten pueden desembocar en relaciones sin preservativo, conductas vejatorias e incluso agresiones sexuales si no existe consentimiento del otro.

Aumenta la adicción al sexo entre los menores

Aumenta la adicción al sexo entre los menores / Fernando Bustamante

¿Cómo son las etapas en que se desarrolla la adicción al sexo?

El proceso comienza con la conducta sexual gratificante, lo que lleva a la repetición y a un aumento de los pensamientos sobre ella. Otras actividades pierdan importancia y llega la negación de las consecuencias negativas. Con el tiempo, la conducta pasa de buscar placer a aliviar la angustia, mantenida por el refuerzo negativo.

Uno de cada cuatro varones adolescentes accede a contenidos pornográficos diariamente y admite haberse iniciado antes de los 10 años

Dopamina

López Rodríguez detalla que en la adicción al sexo se cae como en cualquier otra. "Hay varias etapas, no se produce de la noche a la mañana. La conducta adictiva sexual empieza a constituir una conducta placentera de la que se obtiene algún tipo de consecuencia beneficiosa. Aquí entra el tema de la dopamina, el sistema de recompensa del cerebro".

Debido a estas consecuencias beneficiosas, esa conducta sexual tiende a repetirse y aumenta la frecuencia de esos pensamientos de la persona. La conducta se hace más frecuente al tiempo que se reducen otras por las que se pierde el interés que antes despertaban: se apartan de las actividades de ocio habituales y dejan de relacionarse con otras personas. Estos son los primeros signos de alarma.

En la siguiente etapa, el sujeto quita importancia a los efectos perjudiciales tal comportamiento le puede generando mientras se intensifica el deseo intenso y periódico de realizarla.

"Empieza a ser una conducta placentera por la dopamina, el sistema recompensa del cerebro; tiende a repetirse y aumentar la frecuencia de esos pensamientos"

David López Rodríguez

— Psicólogo de Alicante

Negativa

"El resto de actividades evidentemente siguen perdiendo importancia y empiezan a aparecer con mayor contundencia consecuencias negativas de todo tipo, en los estudios, en la relación familiar, con la pareja, si la hay, que son justificadas por la persona quitándoles importancia. Es una negativa".

Los afectados empiezan a tomar conciencia del problema y a tener intentos fallidos. "Fracasan a la hora de abandonar esa conducta y se genera un estado emocional negativo que puede ser volcado otra vez de nuevo en repetirla. Ya no se realiza, como al principio, por bienestar o placer, sino porque genera un tipo de alivio del malestar".

Esto es lo que se llama el refuerzo negativo, "la persona repite la conducta sexual porque le genera alivio. El refuerzo negativo es lo que mantiene una adicción y ocurre también en la adicción al sexo", finaliza.

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