«La eutanasia y los cuidados paliativos son totalmente complementarios»

Isabel Blanco. | Ricardo Grobas
ágatha de santos
¿Qué balance hacen de estos cuatro primeros años de la ley de eutanasia?
Somos de los pocos países del mundo que tenemos un derecho individual para pedir ayuda para morir y esto es un gran avance. ¿Cómo sea aplica? En España hay 17 autonomías y 17 variables. Cuando una ley entra en vigor tarda en ser conocida, articular todos los trámites, formar a las personas que están involucradas... Por lo que consideramos que vamos avanzando, mejor en unos sitios que en otros. Galicia está en un rango medio. Nos parece una ley que es mejorable, pero que es fundamental que se aplique ya como está.
¿En qué aspectos es mejorable?
La ley establece en plazo entre 35 y 40 días, pero se está tardando 59. También hay que mejorar el tanto por ciento de personas que se mueren durante la tramitación. En 2024, hubo 35 solicitudes de eutanasia, de las que acabaron todo el proceso 16. Sin embargo, otras nueve murieron durante la tramitación, lo que supone un 26%. Estos datos, aunque son sensiblemente mejores que los del anterior ejercicio, siguen siendo superables.
El testamento vital (documento que permite a la persona decidir sobre los cuidados sanitarios que quiere recibir cuando no pueda expresar su voluntad, fundamentalmente en el final de su vida) sigue estando poco implantado —en 2024 en Galicia, se realizaron 2.887— e incluso genera cierto recelo, ¿por qué?
La muerte es lo único que tenemos seguro en la vida, pero que es algo sobre lo que nos cuesta hablar y pensar. Es un tema tabú y creemos que esta es una de las razones de que eso sea así, cuando lo que hace el testamento vital o documento de instrucciones previas, es garantizar que se respeten nuestras decisiones y poder decidir sobre el final de nuestra vida en el caso de que no podamos expresar nuestra voluntad. Es un documento, además, que se puede modificar en cualquier momento.
¿Falta información?
Ese es otro problema. Desde la asociación impartimos charlas, como la que damos el segundo martes de cada vez en la asociación Amorada de Vigo, y talleres, y vemos que hay una gran ignorancia. Falta información para la ciudadanía, pero también para el personal sanitario. Al igual que en un centro de salud hay carteles que te aconsejan lavarte las manos o vacunarte, debería de haber otro que ponga: «Haz tu testamento vital» y las ventajas que tiene. Nosotros planteamos a la Consellería de Sanidade todos los problemas que estábamos viendo, pero no ha habido una respuesta. Mucha gente tampoco sabe dónde está ubicado el testamento vital, que se puede bajarte de la página de DMD y de la del Sergas.
¿A qué se debe esa falta de difusión?
A que es un tema que está dejado de mano. Cuando estudias Enfermería o Medicina, te enseñan cómo evitar muertes precoces, pero se tratan poco los cuidados al final de vida, algo fundamental porque la muerte forma parte de la biografía de una persona. Como decía Luis Montes, que fue presidente de DMD, ser capaz de decidir te hace pasar de súbdito a ciudadano.
¿Los cuidados paliativos y el derecho a la eutanasia son excluyentes?
En absoluto. Son totalmente complementarios. En los países que llevan veinte años o más con eutanasia, el número de decesos totales con una ayuda directa a morir está entre un 4 y un 5% —en España estamos en el 0,7% porque la ley lleva poco tiempo—. Entonces, la mayor parte de la gente se muere recibiendo cuidados paliativos o de repente, sin recibir nada. ¿Qué pasa? Que no sabemos cómo está muriendo la gente. No hay un registro de cómo es la calidad de la muerte. Hay autonomías que tienen observatorios de muerte digna donde se recoge la forma en que murió la persona: con dolor, asfixiándose, en su casa, en el hospital... Saber cómo estamos muriendo es muy importante para poder mejorar la calidad de muerte. La asociación de cuidados paliativos reconoce que un 40% de las personas no recibe los cuidados paliativos adecuados. Nosotros defendemos el acceso universal a estos cuidados. Lo ideal es que una persona pueda acceder a estos cuidados y si quiere decidir adelantar su muerte porque considera que sus condiciones de vida no son dignas pueda solicitar la eutanasia. Un ejemplo claro es el de la viguesa Laura Fernández Abalde, que, teniendo unos buenos cuidados paliativos, decidió que no quería seguir viviendo así y que quería finalizar ya recibiendo una eutanasia.
DMD denuncia retrasos en la incorporación del documento de instrucciones previas en la historia clínica. ¿Qué repercusión tiene esta demora?
El testamento vital, según se formaliza (ante testigos, notario o un funcionario público) ya es válido. La ventaja de incluirlo es que el médico puede acceder a él y saber tus decisiones. Sin embargo, tenemos referencias de personas que formalizaron su testamento vital hace un año y aún no está en su historia clínica.
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