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Casi 600.000 euros de indemnización por una fatal demora en el diagnóstico

Condenan a una aseguradora a pagar 290.824 euros de principal y casi 300.000 de intereses por la muerte de una paciente en Fátima por la «tardanza» en el hallazgo de una diverticulitis

Imagen de archivo de una intervención quirúrgica.

Imagen de archivo de una intervención quirúrgica. / EP

Marta Fontán

Una «tardanza» en el diagnóstico y el tratamiento a aplicar que acabó derivando en un fallecimiento. El Juzgado de Primera Instancia 35 de Madrid ha condenado a Segurcaixa Adeslas S.A. a indemnizar con 290.824 euros de cuantía principal y casi 300.000 euros más de intereses al viudo y a la hija de una mujer que murió en 2018, con 60 años de edad, en el Hospital Nuestra Señora de Fátima de Vigo tras sufrir una peritonitis fecaloidea provocada por una diverticulitis aguda perforada. La complicación mortal fue consecuencia, concluye la magistrada, de la demora de varios días en el hallazgo de la patología abdominal que presentaba la paciente, que si hubiese sido diagnosticada a tiempo, a la fecha de su ingreso hospitalario, «hubiese resuelto el problema de la mujer con unas probabilidades de éxito próximas al 100%».

La demanda se dirigió contra Segurcaixa Adeslas porque es la aseguradora de las responsabilidades civiles por los daños y perjuicios que puedan causarse a los pacientes derivados de actos sanitarios llevados a cabo en Fátima. La sentencia, contra la que cabía presentar recurso de apelación, aplica los intereses previstos en el artículo 20 de la Ley de Contrato de Seguro a contar desde el 25 de febrero de 2019, que en este caso, según los cálculos realizados por el despacho del abogado Alfonso Iglesias que representa a la familia de la paciente fallecida, dan lugar a una cuantía incluso superior a la de la partida indemnizatoria principal impuesta.

«Desatención» de la sintomatología abdominal

La jueza estima el caso en su integridad. Los demandantes alegaron que la «desatención» a la sintomatología abdominal de la paciente fue determinante en la evolución hacia un shock séptico. El perito de esta parte explicó concretamente que la mujer ingresó el 17 de mayo de 2018 por un cuadro de dolor generalizado y que durante los días siguientes «no se le realizó exploración del abdomen» hasta que se le hizo un TAC abdominal el día 21, fecha en la que ya fue operada de urgencia y se alcanzó el diagnóstico definitivo, el de la peritonitis provocada por una diverticulitis aguda perforada. En palabras del experto, dada la demora entró en el quirófano «ya prácticamente moribunda». Tras la cirugía, la paciente ingresó en la UCI y murió el 5 de junio como consecuencia del shock séptico y el fracaso multiorgánico derivado.

Una cuestión importante en este caso es que la sexagenaria había sido operada meses antes de un posible glioblastoma (tumor maligno) cerebral, pero dicha lesión «no tuvo relevancia en el fallecimiento de la paciente» y, además, no llegó a haber confirmación histológica del severo diagnóstico que se le había realizado a finales de 2017, con lo que la jueza tampoco acoge los argumentos de la parte demandada de minorar la indemnización en base a que la esperanza de vida de la mujer en el momento de la muerte sería menor a los 19 meses.

«Dificultad diagnóstica»

El perito de la aseguradora había reconocido «cierto retraso» en el diagnóstico de la patología abdominal, pero negó negligencia alguna en base a la «dificultad diagnóstica» por el informe del TC del ingreso que «descartaba» dicho origen y a que todo apuntaba a un posible neumonía, agregando que, en todo caso, la mortalidad era muy elevada «fuese cuando fuese el momento del diagnóstico» por el glioblastoma de base y el tratamiento corticoideo que seguía la paciente. La jueza, sin embargo, no acoge ninguno de estos argumentos y concluye, al contrario, que un diagnóstico acertado a tiempo sí hubiese resuelto dicho problema médico con casi un 100% de seguridad.

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