Muere arrollado en la AP-9 tras bajar de su coche para cambiar una rueda

Las carreteras gallegas siguen cobrándose víctimas mortales. Ayer por la mañana, un automovilista vecino de Vigo falleció al ser atropellado en la autopista AP-9, poco antes del puente de Rande, en sentido Vigo-Pontevedra y a unos escasos 100 metros del carril de deceleración que conduce al peaje de Redondela, en la zona de Riofrío-Chapela.

La víctima mortal de este nuevo suceso en la zona sur de la provincia de Pontevedra -anteayer de madrugada resultaba muerto un joven de Arcade (Soutomaior) al colisionar su coche contra un poste en Pontesampaio (N-550)- fue identificada como José Landín Tarrío, de 73 años. Según datos aportados por el Subsector de la Guardia Civil de Tráfico en Pontevedra, uno de cuyos equipos se encargó del atestado, el mortal siniestro tuvo lugar en torno a las 09.20 horas en el punto kilométrico 150, en sentido Pontevedra. Según las mismas fuentes, el turismo Ford Focus que guiaba el septuagenario muerto habría sufrido el reventón o pinchazo de una de sus ruedas delanteras y cuando detuvo su marcha para verificar lo sucedido y se apeó del coche para cambiarla fue arrollado por un Peugeot 205 que circulaba en su misma dirección. Este coche iba conducido por J.R.C., una mujer de 51 años, que resultó ilesa, pero que al presenciar el desenlace sufrió un ataque de ansiedad y tuvo que ser evacuada.

En el momento del accidente una densa niebla, habitual en estas últimas fechas en la zona de Rande, dificultaba la normal circulación. Si a ello sumanos la lluvia que caía, con un tráfico denso en el tramo mencionado, dada la hora y el lugar, toda precaución sería poca. En una nota difundida por Tráfico se hace mención a que el conductor fallecido no hacía uso del chaleco reflectante a la hora de abandonar su vehículo y ello pudo haber condicionado que la conductora del Peugeot 205 no se apercibiera de su presencia en la calzada.

El cuerpo del conductor fallecido, que quedó a unos metros del coche que lo atropelló, fue enseguida cubierto con una sábana y un chaleco reflectante de la propia Guardia Civil hasta que, por orden judicial, se procedió al levantamiento del cadáver.