Un septuagenario asesina a tiros con una escopeta a un hombre y su hijo en Oviedo

Un hombre mató ayer a tiros con una escopeta a un hombre y su hijo en la localidad ovetense de Perlín (Trubia) y se entregó a la policía tras haber huido en un primer momento del lugar de los hechos. Amable A.F., de 70 años, acudió con su abogado a la comisaría de la Policía Nacional de Oviedo, donde se mostró nervioso al confesar su crimen, y fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil, que investiga el suceso.

Una llamada telefónica alertó a los agentes del Instituto Armado de que un vecino de había causado, en torno a las 12.30 horas de ayer, la muerte de dos personas por disparos de arma de fuego.

"Escuché tiros, luego el fuego cesó y posteriormente volví a escuchar disparos", apuntó un vecino, que pensó en un primer momento que se trataba de cazadores. "Por lo menos fueron ocho o nueve disparos", apostilló este hombre, que manifestó que el supuesto autor del crimen era cazador, aunque no pertenecía a ninguna peña.

La Guardia Civil halló los cadáveres de Agustín Rubianes Arango, de 73 años, y su hijo Agustín Rubianes García, de 40, en la finca de la vivienda de Amable A.F., algo que todavía no ha sido esclarecido por la investigación. Con el presunto agresor vivía una mujer, que fue trasladada por los agentes hasta las dependencias policiales para tomarle declaración.

Los fallecidos vivían en la localidad ovetense de Latores y habían comprado una casa que estaban reformando, a unos 20 metros de la vivienda del agresor. Según los vecinos, la casa la habían comprado hacía un año y medio y ya habían sido "amenazados" por Amable A.F., conocido entre todos por haber vivido en el pueblo "toda la vida".

Amenazas

"En una ocasión nos dijo que los iba a matar", apuntó un vecino, que añadió que "se había enterado de que iría a la cárcel igual por una muerte que por dos". "Pensábamos que nunca llegaríamos a esta situación, no le dimos importancia", añadió este hombre.

Hasta el lugar del suceso se desplazó el alcalde de barrio de Trubia, Víctor Manuel Alonso Fernández, que se mostró "consternado" por lo ocurrido, y señaló que el anciano fallecido era muy amigo de su padre. "Tenía un taller de reparaciones eléctricas de coches en la calle Los Pilares de Oviedo", dijo, y añadió que "todo el mundo los conocía por los Rubianes".

Alonso manifestó además que unos meses atrás visitó la casa de los fallecidos porque le habían pedido mejoras en el camino que llega hasta su domicilio, aún en obras. "Eran unas personas maravillosas y muy amables, y estaban muy ilusionadas con esta casa", comentó.

Por su parte, Manuel Rubianes, hijo y hermano de los fallecidos, señaló que desconocía que existiesen desavenencias a con ningún residente, ya que de haberlo sabido "hubiera hecho lo posible por sacarlos de allí, porque gente como ésta está absolutamente trastornada", comentó.

"Mi padre estaba ayudando a mi hermano con la obra de su casa, pero yo no tenía ni idea de estos problemas", indicó Rubianes, que conoció la trágica noticia de su muerte por la cadena COPE y llamó a la emisora hacia las 17.00 horas para que le confirmaran la noticia.