La explosión en una pirotecnia de Teror (Gran Canaria) se saldó con dos muertos y un herido por quemaduras, de carácter menos grave, que fue trasladado hasta el Hospital Universitario de Gran Canaria. Las dos personas fallecidas son el propietario de la fábrica de fuegos artificiales y su hijo, mientras que el herido también formaba parte de la familia que regentaba este centro de pirotecnia. La deflagración provocó un incendio en la zona de la carretera entre Teror y Arucas, que los bomberos tardaron varias horas en controlar. En el momento de la explosión sólo había esas tres personas -los fallecidos y el herido- trabajando dentro del lugar. Los servicios de emergencias desalojaron varios inmuebles por precaución.