La carga se encontraba escondida en dos inmuebles de la ciudad fronteriza de Tachilek, en el noroeste birmano, lugar desde donde se transita a la población de Mae Sai, en Tailandia.

El mes pasado, las autoridades birmanas interceptaron casi una tonelada de heroína de máxima pureza y 340.000 pastillas de metanfetamina durante la inspección de un camión en ese mismo paso fronterizo.

Para producir un kilo de heroína son necesarios diez kilos de opio, una resina que se extrae del cogollo de la planta denominada adormidera o amapola.

Birmania es el segundo productor de heroína del mundo, después de Afganistán.

La confluencia de las fronteras de Birmania, Tailandia y Laos forma una zona conocida por los expertos en la lucha contra el narcotráfico como el Triángulo de Oro, por la cantidad de laboratorios clandestinos que producen heroína y, desde hace unos años, drogas químicas para los mercados europeos y estadounidenses, principalmente.