Dos jóvenes y de su propio barrio. La policía detuvo a dos vecinos de O Calvario como presuntos autores del voraz incendio que el sábado calcinó un edificio de siete pisos en Jenaro de la Fuente. Los arrestados, de 25 y 18 años, grabaron la escena completa con el móvil y fueron testigos de la extinción de las llamas. El barrido de la Policía Nacional entre vecinos, comerciantes y cámaras de seguridad de la zona en busca de los responsables da sus frutos seis días después del siniestro. Los detenidos pasarán a disposición judicial y fuentes de la investigación no descartan nuevos arrestos. Tras tomar declaración a decenas de posibles testigos, el miércoles por la tarde la Policía Nacional detuvo al presunto autor del fuego provocado, Juan José D. E., de 25 años, y ayer por la mañana a su acompañante, un joven de 18 años identificado como Samuel E.S. Ambos son vecinos del barrio, sin empleo fijo y al menos uno de ellos posee antecedentes. Según su abogado, los sospechosos sostienen que el incendio fue fortuito y se originó cuando, en la madrugada del sábado y tras salir de copas, se les cayó accidentalmente una colilla que entre el material de obra almacenado en la acera, y, poco después, al ver el humo, se quedaron a grabarlo en el móvil, lo que choca con la versión oficial de la intencionalidad. La investigación indica que los jóvenes pasaban por el inmueble siniestrado cuando el presunto autor material de los hechos "se paró y, con un mechero, prendió fuego a los tubos de plástico" apilados por la constructora del parking a un lado de la carretera. Añaden desde comisaría que tras ver las llamas, los arrestados se quedaron en las inmediaciones del edificio "para ver el resultado de su acción" y grabar con su móvil el dantesco espectáculo "con el supuesto fin de colgar el vídeo en internet".

El titular del juzgado de guardia revelará hoy los delitos que se les imputan. En el peor de los casos, podrían ser acusados de un delito de incendio con grave riesgo para la vida de las personas, para el que el Código Penal contempla penas de cárcel de entre diez y veinte años.