Se había convertido en la obsesión de los investigadores, en un dolor en vena para los familiares y en la losa que envileció la convivencia vecinal de Viana do Bolo. La violenta muerte de Montserrat Martínez Fernández, cuyo cadáver apareció en abril de 2001 tras una semana de búsqueda infructuosa, emboca una vía de resolución, nueve años después.

La Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Ourense, en colaboración con destacamentos policiales de toda España, ha detenido a Manuel Mouriño, de 29 años de edad, que fue el arranque de las investigaciones el principal sospechoso.

Nueve años de celoso seguimiento por parte de los investigadores, que calibraron como más probable la implicación de Mouriño en los últimos meses, han transcurrido hasta que en las vísperas del noveno aniversario del crimen el joven de origen vianés ha confesado los hechos, aunque como "un accidente fatal".

Tras su testimonio, el juez de Instrucción de Trives dictaminaba a las 14 horas de ayer su ingreso en prisión por un presunto delito de homicidio que, en caso de prosperar, será evaluado por jurado popular.

El seguimiento de la Policía Judicial, esforzada en esclarecer el que llevaba visos de convertirse en un crimen perfecto, motivó la detención de Mouriño. Según fuentes de la investigación, mediante nuevas intervenciones telefónicas los indicios apuntaron al vianés como presunto autor.

Así, Manuel fue arrestado el pasado 4 de abril en la isla de Ibiza, donde tiene domicilio en la actualidad. Cuando supuestamente mató a Montserrat, quien tenía 21 años, él pasaba sus vacaciones de Semana Santa en la localidad de Viana do Bolo, donde tiene su origen.

La joven apareció muerta en las inmediaciones de los jardines de Cabo da Vila, en un zarzal del núcleo urbano de Viana do Bolo, a unos 20 metros del Concello y a poco más de 40 de la iglesia parroquial. Estaba semidesnuda, tenía el cuerpo ensangrentado y presentaba múltiples signos que apuntaban a una muerte violenta.

La madrugada del 14 de abril de 2001, había salido a divertirse con unos primos, que la vieron por última vez alrededor de las 5 de la mañana. En un pub de la localidad se esfumó su pista, hasta que el 21 de abril los peores augurios cobraron realidad y Montserrat Martínez fue localizada sin vida.

Supuestamente, según confesó ayer, Manuel Mouriño se encontró con ella, extremo que han ratificado varios testigos. El joven, que alegó estar bajo los efectos de bebidas alcohólicas, "reaccionó mal" y empujó a Montserrat, que habría sufrido un golpe fatal que le causó la muerte.

Mouriño se amedrentó, se asustó por lo que acababa de pasar, según fuentes que escucharon su testimonio, la arrastró y arrojó el cuerpo sin vida de Montserrat desde una zona ajardinada hacia el zarzal donde la joven fue localizada una semana después, bajo unos arbustos y matorrales.

La detención de Manuel Mouriño, al que las pruebas de ADN efectuadas no consiguieron incriminarlo años atrás, no implica el final de la investigación, "de la que todavía restan algunos flecos", según confirmaron informadores cercanos a la Guardia Civil.

En esta lógica, alguna de las partes no descarta y estima creíble que Manuel Mouriño hubiera contado con la colaboración de otra persona en la perpetración del crimen.

De momento, que aparezca un presunto culpable ha caído con "sorpresa y alivio" en Viana do Bolo y, especialmente, en la aldea natal de Montserrat Martínez, Santa Mariña de Froxais, poblada por aproximadamente una veintena de habitantes.

Cientos de vecinos, que ayudó en la búsqueda de la joven, se ofrecieron voluntarias para realizar pruebas de ADN y, durante tiempo, la población creyó vivir rodeada del presunto asesino. "Todo Viana está bajo sospecha", resumió en julio de 2001 el entonces alcalde, Sergio González.