Un vecino de la localidad coruñesa de Arzúa de 44 años mató presuntamente a su tío, de 67, tras dispararle dos tiros con una escopeta de caza con la que después se quitó la vida y que apareció junto a los cadáveres. El crimen ocurrió tras una discusión en la vivienda familiar en la que el supuesto homicida residía con la víctima y su madre, que había salido a dar de comer a las gallinas momentos antes de producirse los disparos.

Los hechos se produjeron en torno a las nueve de la noche del domingo en la aldea de Ramil, en la parroquia arzuana de Dodro, tras una disputa al parecer de carácter familiar cuyas causas se investigan. En la casa estaban el supuesto homicida, Manuel Barreiro Souto, y su tío, Jesús Barreiro Blanco -hermano de su padre-, y con ellos vivía la madre del primero, de 77 años, que está viuda.

Al parecer, le pidieron a la mujer que fuera a dar de comer a las gallinas y cuando ésta regresó a la vivienda, se encontró con la puerta cerrada por dentro. Al no contestarle nadie, pidió ayuda a un vecino y, cuando intentaban subir a una ventana, se escucharon los tiros. Hasta el lugar se trasladó la Guardia Civil y los bomberos, que abrieron la puerta y hallaron los cuerpos en la cocina.

Fuentes de la Benemérita confirmaron que el presunto agresor tenía antecedentes psiquiátricos y de hecho, según el alcalde de Arzúa, Xaquín García, estaba a tratamiento porque "tenía depresión".

Sin embargo, tanto el regidor como los vecinos mostraron su asombro, ya que sobrino y tío "se llevaban muy bien" y no existía "ningún conflicto familiar".

Al respecto, el alcalde del municipio indicó que el autor de los disparos, pese a estar a tratamiento psiquiátrico, se encontraba en "una situación normal" e "incluso de menor riesgo".

El regidor nacionalista aclaró que en la familia no había "ninguna situación de conflicto familiar ni de extrema pobreza" que requiriese la atención por parte de los servicios sociales del concello. Xaquín García apuntó que Manuel Barreiro había montado un invernadero y el pasado sábado se había desplazado a la provincia de Pontevedra a comprar plantas para cultivar y vender posteriormente.

Por ello, consideró "muy extraño" lo sucedido porque, además de tener buen relación tío y sobrino, vivían en una aldea "nada aislada" y en una situación "no conflictiva". "No discutían normalmente", apostilló el regidor local.

Xaquín García afirmó que acudió a ver a la madre del presunto autor de los disparos, que se encuentra "muy afectada" por lo sucedido, e indicó que los servicios sociales le prestarán asistencia en lo que puedan tras lo sucedido.

Por su parte, el delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro, circunscribió el suceso "al ámbito familiar". En declaraciones en Pontevedra, Louro se limitó a comentar: "Hay un tío y un sobrino que aparecen muertos y la Guardia Civil está realizando las investigaciones. Parece ser que la cosa tiene una explicación en el ámbito familiar y que no tiene otra connotación", destacó el delegado del Gobierno.

"Me remito a las investigaciones de la Guardia Civil. Creo que en pocas horas podremos tener razón de lo sucedido, y cuales fueron los motivos de las circunstancias", aseveró. Preguntado por la posibilidad de la implicación de una tercera persona en las muertes, Louro recalcó que "hay dos personas que aparecieron en esa circunstancia". "Permítame que sea prudente", sentenció.