Ocho surfistas españoles, a bordo de un barco de una empresa mitad gallega mitad vasca, fueron privilegiados testigos del tsunami resgistrado en las islas Mentawai, frente a la isla indonesia de Sumatra. Al menos 108 personas murieron y más de 500 están desaparecidas. Los surfistas, que llegaron a la zona, una de las mejores del mundo para practicar este deporte, hace cinco días, se encontraban durmiendo a bordo del buque King Millenium, propiedad de la empresa Surfingmentawai.

Al frente del barco, con tripulación de Indonesia, estaba el guía José Manuel Illumbe Echeveste, vasco, y le ayudaba Julián Yáñez Silveira, gallego, mientras que el otro dueño de la empresa, David Valladares, no viajaba en la embarcación porque le tocaba descanso. Como clientes navegaban cinco cántabros, un asturiano, dos uruguayos y dos franceses, que se disponían a hacer surf en las olas de Indonesia. "Todos están bien, han tirado hacia el sur de Mentawai, porque allí hay más profundidad y es más seguro", afirma la empresa, que organiza viajes a Indonesia para practicar surf.

El tsunami, causado por un terremoto de 7,7 grados en la escala Richter, arrasó la costa del archipiélago. Eras las diez y media de la noche, hora local. El hecho de que el buque estuviese en una zona resguardada evitó que se fuese a pique. Ya por la mañana, comprobaron los estragos del maremoto y colaboraron en las labores de rescate.

El terremoto sacudió las proximidades de la isla de Sumatra y arrasó varias islas remotas del oeste de Indonesia. Se registró a 78 kilómetros de Pagai Sur, en las islas Mentawai, a última hora del lunes. Según el Jakarta Post, el equipo de búsqueda y rescate y la Cruz Roja Indonesia enviaron ya 100 bolsas para cadáveres a las islas Mentawai. "Si las bolsas no son suficientes, enviaremos más", dijo el Gobierno. Está previsto el envío de un equipo, tiendas de campaña, alimentos y medicinas a la zona afectada.

También en Indonesia, al menos 16 personas murieron y otras 13 resultaron heridas a causa de la erupción del volcán Merapi, en la isla de Java, cuando había comenzado la evacuación de miles de habitantes de la zona. Un bebé de tres meses falleció por problemas respiratorios tras la inhalación de ceniza.