La detención en Madrid del abogado Manuel Franco Argibay, que permanecía huido de la Justicia desde hace más de cinco años, podría resultar clave para conocer el paradero de José Antonio Pouso Rivas, Pelopincho, vecino de Ribeira y cabecilla de la mayor trama de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico desarticulada en Galicia. El letrado pontevedrés era precisamente uno los principales implicados en esa red por su relación directa con el líder: fue supuestamente quien lo asesoró financieramente para ocultar la titularidad real de su patrimonio y también ejerció como su abogado. Por eso su arresto el pasado viernes hace albergar esperanzas para dar también con Pelopincho, del que no se tienen pistas desde hace casi un año. "Naturalmente, esa es la primera pregunta que le vamos a hacer", afirmaba ayer el fiscal jefe provincial de Pontevedra, Juan Carlos Aladro, al referirse a que una de las claves del interrogatorio será indagar en si el jurista sabe algo acerca del paradero del ribeirense. "A ver lo que pasa; y a ver lo que él quiere decir y si está dispuesto a hablar en caso de que sepa algo", puntualizaban otras fuentes. Por lo de pronto, tras su arresto, el abogado se negó a declarar.

Argibay fue detenido el viernes en el barrio madrileño de Aravaca tras ser localizado en el chalé donde vivía en Madrid y tras una persecución policial. Tenía varias requisitorias judiciales en vigor: la más importante era la orden de búsqueda y captura internacional dictada por el juzgado de Caldas de Reis que dirigió la operación Cormorán, en la que cayó la red de Pelopincho. El letrado se fugó poco antes del verano de 2006 cuando estaba en libertad provisional por esta causa y tras haber pagado una fianza de dos millones de euros para salir de prisión. Ayer volvió a la situación de encarcelamiento que tanto quiso evitar con su huida. Tras pasar a disposición del Juzgado de Instrucción 16 de Madrid, su titular lo envió a prisión.