Quemó la casa de su socio, que al parecer le debía dinero, y no solo le causó la muerte a él, sino a la esposa de éste, a dos hijos del matrimonio de 14 y 9 años y a un amigo de los pequeños, de 11, que se abrasaron en el interior de la vivienda. Otro hijo de la pareja pudo sobrevivir saltando por una ventana. Ocurrió el 17 de febrero de 1994, en un chalé del barrio bonaerense de Flores, en Argentina. El autor de aquel brutal crimen, conocido como "la masacre de Flores", es el asturiano Fructuoso Álvarez González y fue condenado a cadena perpetua en noviembre de 1995. En 2004 fue extraditado a España, pero en 2008 el asturiano salió de prisión al considerar, por error, la Justicia que había purgado el crimen, aplicando los beneficios habituales por trabajos en el interior de prisión.

El problema es que Álvarez González había falseado la información facilitada a los jueces españoles, según fuentes cercanas al caso. Y es que en la documentación presentada se indicaba que estaba encarcerlado desde 1992, tres años antes de su ingreso real en prisión. Los tribunales españoles, al tener conocimiento de ello, emitieron un exhorto para su captura. Desde el pasado mes de julio, el astur-argentino estaba en busca y captura, y este pasado sábado la Policía de Seguridad Aeroportuaria le detuvo por fin en una quinta del barrio de Tortuguitas, en el extrarradio de Buenos Aires. Hoy el juez de ejecución de sentencia decidirá si Álvarez es extraditado de nuevo a España o si cumple lo que le queda de condena en Argentina.