Cinco de los seis acusados de integrar una red que introducía droga desde Bolivia en Galicia por vía aérea han sido condenados por la Audiencia Provincial de Pontevedra a penas que suman 34 años de prisión. Tres acusados ya habían reconocido los hechos en el juicio celebrado en Pontevedra y su confesión había permitido que el fiscal antidroga, Luis Uriarte, bajase la pena que solicitaba para ellos a seis años de prisión, frente a los nueve iniciales.

Una pena, la de seis años de cárcel, que es la que impone la Audiencia a estos tres acusados, José Arcenio Camacho, Jeeven Singh Parmar y el vigués Javier Fernández Herrero. Este último, la misma persona que hace apenas unos meses fue condenado a 12 años de cárcel por integrar una red que extorsionaba a personas supuestamente relacionadas con el narcotráfico en la comarca de O Salnés. Además, el tribunal impone una multa de 800.000 euros para cada uno.

La confesión de estos tres implicados también incriminó a otros dos acusados: Francisco Da Costa Figueroa y el guardia civil Francisco Castro Paz. El tribunal les impone 8 años de cárcel a cada uno, así como una multa de un millón y medio de euros , el triple del valor de la droga incautada. El tribunal absuelve por falta de pruebas a un sexto acusado, Raúl Domínguez Conde, para quien el fiscal solicitaba 9 años de prisión. Fernández Herrero insistió a lo largo de todo el juicio en que esta persona "no tenía nada que ver" en la preparación de este envío de droga desde Bolivia.

Según consta probado en la sentencia, Fernández Herrero, Francisco Da Costa, Castro Paz y Jeeven Singh orquestaron un plan para traer 9,7 kilos de cocaína desde Bolivia a España. Herrero realizó un primer viaje a Bolivia para preparar el envío, para el cual utilizaron al argentino José Arcenio Camacho como mula encargada de llevar la droga en un avión hasta España, a través del aeropuerto de Barajas. Para complicar la labor a la policía, la red llegó a reservar a Arcenio plaza en cuatro vuelos.

Entrega controlada

Una vez que aterrizó en Madrid, los policías siguieron los pasos a los miembros de la organización en una entrega controlada de la cocaína. Así, el ciudadano argentino viajó hasta Vigo en un autobús y una vez allí entregó la mercancía a Jeeven Singh en la cafetería de la estación, siendo detenidos.

La sentencia estima que Da Costa y el guardia civil Castro Paz además de "colaborar en el diseño, organización del viaje y envío de la droga, aportaban con Herrero el dinero necesario para la adquisición de la droga en su origen".