Resistencia Galega se ha responsabilizado de la mayoría de los ataques violentos cometidos con bombas y cócteles incendiarios en los últimos meses en Galicia. Así, se les atribuyen las dos bombas colocadas en las antenas del monte Sampaio en Vigo el pasado mes de agosto y en distintos cajeros automáticos de entidades bancarias en los últimos meses; así como los ataques a distintas sedes de partidos políticos y sindicales.