La operación antiterrorista en Castrelos estaba meticulosamente preparada con antelación y eficiencia. Los agentes presentes ayer en el dispositivo sabían a quién esperaban, no en vano la investigación en marcha incluía seguimientos, vigilancias y escuchas telefónicas a diversas personas vinculadas a grupos de independentistas radicales.

"Había varios policías disfrazados de jardineros en la rotonda", explicaba ayer uno de los asistentes a la boda celebrada en el pazo que se toparon con el arresto al concluir la ceremonia. "Eran tres, perfectamente pertrechados con botas, utensilios y chalecos reflectantes. Limpiaban la rotonda y me extrañó porque era sábado. Entonces vi a un joven aparcar un coche metalizado. Vestía vaquero, llevaba zapatillas de deportes y medía sobre 1,80 metros. Entonces, de dos coches más atrás salieron seis policías, sacaron las pistolas, lo tiraron al suelo y le ordenaron: '¡No te muevas!'. Me enseñaron la placa de policías y se llevaron al joven", relata el testigo, aún sorprendido por el incidente.

Mientras tanto, los tres falsos jardineros se colocaron un pasamontañas y, después de dar apoyo a sus compañeros, volvieron a lanzar en el interior de la rotonda la maleza que poco antes simulaban retirar. Todos se montaron en una furgoneta blanca. Poco después, el detenido era trasladado a dependencias policiales.