El mar devolvió ayer a la costa del municipio pontevedrés de Oia el cuerpo sin vida de una mujer de entre 40 y 45 años por el momento sin identificar. Al igual que su procedencia, se desconocen las causas de su muerte. Según las primeras investigaciones de la Policía Judicial de la Guardia Civil, no existen denuncias por desaparición en la zona; ni el cadáver, que se encontró semidesnudo tendido boca arriba y vestido con un pantalón vaquero con cinturón y un sostén, presenta signos de violencia.

Las lesiones que aparecen en la cara -totalmente desfigurada-, la cabeza y el abdomen de la fallecida -una mujer alta, morena y con el pelo largo- podrían corresponder al deterioro propio de la exposición a la actividad del mar o a los lógicos golpes contra las rocas, explican fuentes próximas al caso.

Tras la primera inspección, los efectivos apuntaban que el cuerpo debía llevar unos seis días en el agua, aunque a la zona donde fue encontrado podría haber llegado apenas unas horas antes del hallazgo, puesto que un vigilante del servicio contraincendios aseguró haber estado allí el domingo sin percatarse de nada extraño.

Dos vecinas que caminaban por la zona de Xilias, en la parroquia de Santa María de Oia, localizaron el cuerpo en torno a las 11.30 horas y dieron la voz de alarma entre el vecindario, que enseguida alertó del hallazgo. Tras confirmar la presencia del cadáver sobre una pequeña porción de arena entre las rocas de la escarpada costa, el propio alcalde, Alejandro Rodríguez, avisó al servicio de emergencias 112, que movilizó a la Guardia Civil, al 061 e incluso a los guardacostas y a Salvamento Marítimo, que finalmente no intervino al resultar sencilla la recuperación del cadáver por tierra.

El hallazgo causó un gran revuelo en el entorno, donde se concentraron una treintena de vecinos para observar las tareas de rescate. Sobre las dos de la tarde, se presentó en el lugar la juez de guardia para decretar el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al hospital de Vigo para la autopsia.

Mientras tanto, continúan las investigaciones por parte de la Guardia Civil para esclarecer la identidad de la mujer y las circunstancias de su fallecimiento. No se descarta que el cuerpo pueda proceder de aguas portuguesas.