A finales de 2010, Educación suspendió a Agustín O.G. de su puesto de docente. La decisión se tomó solo un mes después de que la asociación de padres de Rubiá trasladara la denuncia al Consejo Escolar y, de ahí a la delegación provincial. La Xunta apartó al presunto pederasta "tratando de proteger a quienes tenemos que proteger, que son los niños", resolvía entonces el conselleiro de Educación, Jesús Vázquez. Las acusaciones de abusos a niños arrastraron más consecuencias. El profesor, de 48 años, había tramitado la acogida de un menor. La Xunta paralizó el proceso. No obstante, la defensa planteará como pruebas el expediente de acogida y el testimonio de dos psicólogos integrantes del equipo de adopciones de la consellería de Benestar. Después de conocerse en enero los términos de la acusación por supuestos abusos sexuales por parte de Agustín O.G., el entorno del presunto pederasta y la comunidad educativa de Valdeorras, a la que el profesor de Religión perteneció durante casi una década, y donde también era catequista, reaccionaron divididos. La asociación de padres del colegio Virxe do Camiño de Rubiá se mostraba preocupada. Tras la acusación de la AMPA, la consellería de Educación apartó al docente.