De la perplejidad a la desconfianza. A medida que surgieron nuevos datos que, contradiciendo la versión oficial, apuntan a la posibilidad de que Vicente Allo Barona, el subinspector herido en el atraco a la sucursal del Calvario, portase chaleco antibalas, "más crecen las sospechas de que algo se intenta ocultar". Así lo consideran los sindicatos de la Policía Nacional en Vigo, UFP y SUP, cuando se cumplen siete días del asalto que dejó herido de gravedad al subinspector y resultó muerta su compañera Vanessa Lage. Para estas dos agrupaciones, el tiempo transcurrido es más que suficiente para aclarar "algo tan básico" como si el agente llevaba o no la protección, y no logran determinar los motivos por los que la delegación del Gobierno pasó en 24 horas de la negación absoluta al podría ser. Ante el largo silencio a este respecto por parte de la representación gubernamental, UFP y SUP exigieron ayer "aclaraciones" para evitar el perjuicio que a su juicio está causándose a la imagen de la policía.

Como el resto de vigueses, los portavoces de UFP y SUP, Agustín Vigo y Víctor Vasco, respectivamente, escucharon el mismo día del atraco la revelación rotunda del delegado del Gobierno, Santiago Villanueva, de que tanto Vicente Allo como Vanessa Lage habían intervenido, como patrulla de apoyo, sin protección. Pero al día siguiente, como publicó LA OPINIÓN, fuentes de toda solvencia aseguraban que el herido no presentaba orificios de salida de balas así como que ninguna se había localizado en su cuerpo. A esto se sumaron los testimonios de varios testigos a los que -como ratificaron en comisaría-, el agente les aseguró que llevaba chaleco. Ante estas informaciones y otras llegada a la policía, el departamento de Villanueva ya reconocía que había que esperar a la investigación para confirmarlo por completo. En cualquier caso, que "no estaba claro".

"Esto es un tema que debería estar cerrado. Es que estamos todos perplejos -dice Agustín Vigo- y como nosotros el resto de la opinión pública". Para este portavoz sindical despejar las dudas respecto a la cuestión del chaleco "es la cosa más fácil del mundo. Hay o no hay; si lo hay, ¿dónde está?; si no, pues que lo digan". Víctor Vasco coincide por completo: "Esta no es una investigación de laboratorio, donde tengas que esperas varios días por las pruebas". Y ambos sostienen que para averiguarlo "no hace falta que hable el compañero", como mantienen desde Interior.

Cuando se les preguntan por otras informaciones oficiales lanzadas desde Comisaría, que contradicen a las que manejan fuentes sanitarias e incluso la propia familia del subinspector, como la localización de los impactos que recibió, también estos portavoces muestran su sorpresa. "Hemos escuchado de todo. Que si tenía tres disparos, y varios en los hombros. Quién lo debe saber seguro son los médicos que lo atienden", razona Vigo. "Esto no genera más que confusión, por eso hemos pedido a Delegación del Gobierno que lo aclare de una vez", agrega Vasco. "Hasta los compañeros nos preguntan: ¿Bueno, qué, llevaba o no chaleco?", expone Vigo.

¿Por qué la Delegación del Gobierno sigue alimentando con su silencio las dudas respecto a detalles tan sencillos de aclarar? "Así solo consiguen aumentar la sospechas de que algo quieren ocultar", interpreta el representante del SUP. ¿Pero qué cabría ocultar? "Pues que el agente llevase puesto un chaleco interior pagado con dinero de su propio bolsillo", sugiere Vasco."No lo tienen la inmensa mayoría pero sí muchos agentes. O se lo compran o no hay en comisaría para ellos", añade. En efecto, como también denunció la UFP, no hay chalecos interiores para ninguno de los 30 funcionarios que componen la Unidad de Prevención y Reacción, la misma de los agentes heridos el pasado viernes. El portavoz de UFP tampoco descarta esos supuestos "intereses políticos". "No lo sé. En todo caso yo creo que es un error no aclararlo ya. Es una mala estrategia sembrar la duda; la duda es mala y la gente está alucinando".