El copiloto del avión de Germanwings siniestrado en marzo en los Alpes franceses, Andreas Lubitz, visitó la friolera de 41 médicos en cinco años. Lubitz, de 27 años, "estrelló deliberadamente el avión y asesinó a 149 personas", declaró ayer el fiscal de Marsella, Brice Robin, en una conferencia de prensa en París tras mantener una reunión de más de cuatro horas con unos 200 familiares de las víctimas, que viajaban desde Barcelona a Düsseldorf (Alemania).

Tras dos meses y medio de investigación, la próxima semana Robin trasladará el dosier a tres jueces de instrucción de Marsella (sur de Francia), que abrirán una investigación contra "X" por "homicidio involuntario" ya que la legislación francesa no permite acusar de asesinato a un fallecido. "El avión no tuvo ningún problema de mantenimiento en tierra en Barcelona. Era capaz de volar perfectamente", agregó el fiscal.

Lubitz, que siempre había soñado con trabajar como piloto de larga distancia para Lufthansa, matriz de Germanwings, sufría de psicosis, problemas de visión, insomnio y depresión. Al menos, así lo diagnosticó uno de los 41 médicos a los que había visitado, entre los que se cuentan generalistas, psiquiatras, neurólogos y oftalmólogos. Solo en el mes anterior a la tragedia, Lubitz había tenido cita con siete doctores y había estado diez días de baja. "Tenía motivos para temer que podría quedarse sin posibilidad de volar si su situación llegaba a oídos de sus controladores o de la empresa", agregó el fiscal. Uno de esos médicos le diagnosticó "psicosis amenazante con problemas de visión sin origen orgánico".

El fiscal de Marsella ha anunciado que "el próximo lunes" se repatriarán a España los restos mortales de 30 de los pasajeros del Airbus A320 siniestrado: "El lunes próximo, 30 víctimas españolas regresarán a su tierra natal".