Un total de 42 millones y medio de las antiguas pesetas, es decir, 256.000 euros, es la cantidad de dinero procedente del narcotráfico que, según el fiscal, blanqueó el arousano Juan Marcos Vigo Fernández en colaboración con su hermana Marta María entre los años 1997 y 2003. Ambos se sentaron ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Pontevedra en el inicio de este juicio por lavado de capitales procedentes del tráfico de drogas por el que el fiscal solicita una pena de cinco años de prisión y una multa de 5,9 millones de euros para cada uno, así como el comiso de los bienes que supuestamente adquirieron con este dinero negro. Se trata de dos fincas urbanas en Vilagarcía (una de ellas con una vivienda construida) y una nave industrial en Ribadumia.

En su escrito de acusación, el Ministerio público recuerda que Marcos Vigo fue detenido y enjuiciado en varias ocasiones por su vinculación con el tráfico de drogas, además de haber sido pareja y esposo de Noemí Outón Charlín, hija de Josefa Charlín y nieta del patriarca del clan Manuel Charlín, condenada en su día por blanqueo. No obstante, los letrados de la defensa destacaron en todo momento que Marcos Vigo siempre resultó absuelto en todos los procesos que se siguieron contra él por tráfico de drogas, incluido el de la Audiencia Nacional en relación a la desaparición de su amigo Fernando Caldas. Vigo negó cualquier vinculación de los Charlín con sus negocios.

El fiscal explica que Marcos, con la colaboración de su hermana, realizó gastos por valor de 42,6 millones de pesetas por encima de los ingresos recibidos (9,4 millones de en el caso de Marcos y 33,1 en el de Marta que no se podrían justificar), eso sin contar la fortuna que ambos acusados tienen en los juegos de azar, dado que el fiscal da por obtenidos de forma lícita sendos premios de 7 y 7,9 millones de pesetas que ambos ganaron en los sorteos de la ONCE.

Los agentes de Aduanas que declararon ayer en el juicio destacaron que les llamó la atención que ambos eran "dos personas muy jóvenes que pese a tener unos ingresos anuales más bien bajos -una media de 12.000 euros anuales- se estaban haciendo con un importante patrimonio inmobiliario".

Marcos Vigo, que al igual que su hermana se negó a responder al fiscal y solo contestó a las preguntas de su letrado, justificó sus ingresos en el negocio de compraventa de coches al que se dedica "desde siempre". También manifestó que trabajó en locales de hostelería y fue copropietario de un restaurante en Vilagarcía y de una tienda de ropa. Reconoció que en esa época puso alguno de sus bienes inmobiliarios a nombre de su hermana, dado que él había sido detenido en relación al transporte de un kilo de heroína a Ourense por el que posteriormente, insistió, resultó absuelto. Por lo tanto, "por aquel entonces no podía poner nada a mi nombre". También tuvo un taller en Ribadumia. Las defensas solicitaron la nulidad de las actuaciones alegando la indefensión de los dos acusados debido a la larga instrucción del caso. Una investigación que se inició en 2003, con unas diligencias que se abrieron en 2005 y en las que no hubo escrito de acusación hasta 2009. Marcos Vigo está actualmente en prisión a la espera de juicio tras ser detenido como uno de los cabecillas de la organización que intentó introducir 3.000 kilos de cocaína a bordo del buque Riptide. Uno de los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera afirmó en el juicio que el negocio de compraventa de coches de Marcos Vigo era realmente una "tapadera" para esconder lo que realmente, según manifestó, había tras esta actividad. Para este testigo, Marcos Vigo era una de las piezas que permitían a los grupos de narcotráfico disponer de la "logística" necesaria para realizar transportes de droga en coches con caletas camufladas al efecto.