La descoordinación entre el juzgado e Instituciones Penitenciarias obligó a cancelar ayer el traslado de David Oubel a la cárcel leonesa de Mansilla de las Mulas cuando el autobús en el que iba el supuesto parricida estaba ya camino a tierras leonesas. Una prueba forense que ya estaba programada con anterioridad motivó la suspensión en pleno viaje de un transporte que se había ordenado ante las crecientes amenazas de muerte que el asesino está recibiendo en el centro penitenciario de A Lama.

Oubel tendrá que someterse a lo largo de esta jornada a unos exámenes psiquiátricos que se consideran determinantes para el transcurso de la investigación. Una prueba que ya estaba planificada en las diligencias judiciales, pese a lo cual desde Prisiones se puso en marcha la conducción del acusado en un transporte regular con otros presos hacia León.

El transporte regular salió de la prisión de A Lama a las nueve de la mañana. Ya en pleno viaje se ordenó el regreso a las dependencias carcelarias del municipio pontevedrés. La abrupta cancelación del trayecto se produjo a pesar de que en la agenda judicial ya se había fijado con anterioridad una fecha para practicar las mencionadas pruebas.

Esta falta de entendimiento entre responsables judiciales y penitenciarios significa en la práctica una demora en la reubicación de este morañés de cuarenta años, acusado de haber asesinado con una sierra radial a sus dos hijas, Amaia y Candela, de cuatro y nueve años, el pasado viernes en su vivienda del lugar de O Casal.

La brutalidad de los hechos, entre los que se incluyen la desfiguración de los rostros de las menores, ha suscitado también una amplia repercusión en A Lama, donde ingresó en prisión preventiva al día siguiente de lo ocurrido. Desde entonces se enfrenta a amenazas de muerte e insultos a pesar de que está aislado en una celda individual acristalada en la enfermería de la prisión y con un recluso colindante que le vigila para evitar autolesiones, algo que se daría con cierta frecuencia en casos comparables a éste.

La decisión de llevarlo a un centro fuera de Galicia, con el objetivo de que la lejanía al lugar de los hechos hiciese que su presencia resultase más inadvertida, se adoptó este martes.

Como adelantó LA OPINIÓN, el traslado era inminente, siendo la prisión leonesa la elegida y en la que ingresará una vez que se le practiquen las pruebas forenses requeridas por la investigación judicial. La rapidez con la que se procedió al traslado contrasta con lo que ha ocurrido en otros casos similares. El ejemplo más reciente, el de José Bretón -condenado por el asesinato de sus dos hijos de seis y dos años en octubre de 2011--, supuso el traslado desde la prisión de Córdoba a un centro más lejano cuando llevaba ya un mes de prisión aislada.

La llamada ley de la cárcel suele convertir en diana a aquellos que cometen crímenes contra niños.

Así, para evitar actitudes que pongan en riesgo la integridad física de quienes han cometido hechos como estos se opta por su envío a prisiones alejadas a su municipio de origen, centros donde los crímenes que hayan cometido tengan menor eco.

En el caso de David Oubel se da la circunstancia de que en la prisión de A Lama, situada a unos 35 kilómetros de donde se produjo el parricidio, hay varios internos que son naturales de Moraña.