La Guardia Civil emprendía ayer, con optimismo, la cuarta jornada consecutiva intentando rescatar el cadáver del barranquista portugués de 38 años que el pasado sábado quedó atrapado en una hendidura de la cascada A Corga da Fecha, una espectacular caída fluvial con 350 metros de desnivel, situada en el corazón del parque natural del Xurés, en el concello ourensano de Lobios. Pero los elementos imposibilitaron de nuevo la labor de los especialistas del Equipo de Rescate e Intervención de Montaña.

La lluvia hizo crecer el caudal aproximadamente un metro y el nivel del agua frustró la estrategia: achicar la corriente, aguas arriba, mediante bombas trasladadas por el helicóptero; y atacar a la vez la caída con escudos y puntales a modo de parapeto. Los montañeros del Instituto Armado, que acumulan decenas de horas de trabajo esta semana, no se rinden. Convencidos de las opciones de éxito del plan de rescate, hoy retoman el operativo. Será ya el quinto día de un denodado esfuerzo. La meteorología representa una dificultad añadida al reto: desatascar el cuerpo del barranquista, encajado en la grieta y presionado por el afluente del río Caldo, que tiene un caudal elevado por las lluvias, el mismo que arrastró el sábado al fallecido.