El agente de la Guardia Civil detenido por haber disparado presuntamente quince veces contra una vivienda en el municipio coruñés de San Sadurniño cuando estaba ebrio quedó ayer en libertad debido a que la Fiscalía no ha solicitado la prisión provisional.

El investigado por los supuestos delitos de amenazas graves con arma de fuego, daños y conducción alcohólica pasó ayer a disposición judicial en el juzgado de guardia de Ferrol. Allí la Fiscalía no ha solicitado la prisión provisional, por lo que quedó en libertad, aunque de manera cautelar se le prohíbe la comunicación con las dos víctimas del suceso, un padre y su hijo, a los que tampoco podrá acercarse.

La juez pasó oficio de los hechos a la Guardia Civil por si el Instituto Armado toma algún tipo de medida como la retirada del arma o la suspensión de empleo, informan fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

A las 18.00 horas del sábado el agente, que estaba fuera de servicio, se presentó ante un domicilio de San Sadurniño contra el que disparó en varias ocasiones contra la puerta y una ventana. Estaba en estado de embriaguez y su reacción fue motivada por un incidente anterior con un joven que creyó que era hijo de los moradores de la vivienda.