Haití continúa sus esfuerzos por normalizar las zonas devastadas por el huracán Matthew de la semana pasada, mientras persisten las dificultades para miles de afectados que urgen de alimentos y medicinas. La desesperación se ha apoderado de los que hasta ahora han recibido poco o nada, por lo que ha sido necesaria la presencia, en algunos casos en Jeremie, de policías o cascos azules de la ONU para colaborar en los repartos de la ayuda humanitaria que llega del exterior. Las últimas cifras provisionales divulgadas el martes por Protección Civil establecen que Matthew causó la muerte a 473 personas, produjo heridas a 339, 75 desaparecidos y obligó el desplazamiento de 175.000 personas alojadas en 224 refugios. Sin embargo, fuentes de organismos de socorro y autoridades locales aseguraban el viernes pasado que las víctimas mortales sobrepasan las 800 personas, y la ONU advirtió el martes de que la cifra oficial continuará aumentando aunque no cree que llegue al millar. Matthew afectó 2,1 millones de personas, de las que 1,4 millones, entre ellas 592.581 niños, necesitan asistencia humanitaria.