Tras semanas sin apenas avances, la investigación sobre la desaparición de Diana Quer recibe un impulso. La Guardia Civil ya tiene en su poder el teléfono móvil de la joven, un Iphone 6 de color blanco, que fue localizado ayer por un mariscador en Taragoña, en la ensenada de Beluso, justo bajo el puente de la Autovía do Barbanza. Fue un joven vecino de la localidad de San Ramón de Bealo, en Boiro, el que encontró el dispositivo junto a uno de los pilares del viaducto. Trabajaba con el agua hasta la cintura y con un rastro, un utensilio con el que se extrae el marisco y en cuyo interior salió a la superficie el móvil de la joven madrileña desaparecida hace más de dos meses cuando veraneaba en A Pobra do Caramiñal.

A mediodía el propio mariscador se desplazó a Boiro para entregar a la Guardia Civil el teléfono, que presentaba signos visibles de deterioro, "como de un golpe", confirman dos compañeras que ayer, en el momento del hallazgo, se encontraban trabajando en la misma zona. Es la primera pista material relacionada con la desaparición de Diana Quer que se encuentra tras más de dos meses de intensa búsqueda. Después de entregar el móvil a la Guardia Civil, el mariscador que lo encontró permaneció buena parte del día incomunicado, sin responder a las llamadas telefónicas ni del patrón mayor de Rianxo, Miguel Ángel Iglesias.

Quien sí pudo hablar con él, aún de mañana, fue la presidenta de la agrupación de mariscadoras, Arancha Abuín, que lo encontró "tranquilo". "Le dijo a los compañeros que había encontrado el móvil y salió a tierra para llevárselo a la Guardia Civil", explica. "No estaba en buen estado y casi ni lo tocó" hasta entregarlo en el cuartel, continúa Abuín. "En seguida pensamos que era el de la chica desaparecida porque la descripción había salido en la prensa" y coincidía a la perfección. Además era "un teléfono de alta gama y nosotras no llevamos esa clase de móviles al trabajo". Del mariscador protagonista del hallazgo pocos datos han trascendido más allá de que es un hombre de entre 30 y 40 años que empezó este mismo mes a trabajar en la extracción de marisco en Rianxo.

Tanto Arancha Abuín como su compañera Aida Rodríguez aseguran que, para aparecer bajo el puente, el móvil tuvo que arrojarse a la ría desde el mismo viaducto. Descartan que las mareas pudiesen arrastrarlo desde el muelle de Taragoña hasta uno de los pilares, a unos 150 metros de distancia aguas arriba, ya que "es una zona fangosa. Si tiras una cosa no se mueve del sitio salvo que haya temporal, cosa que no sucedió", inciden.

Un repetidor captó la señal

Hace semanas que las investigaciones de la Guardia Civil están centradas en Taragoña y, en concreto, en el entorno del muelle de esta localidad. Una antena de telefonía próxima captó la última señal del teléfono de Diana Quer sobre las 4 de la madrugada del 22 de agosto. La principal hipótesis que manejan los investigadores es que la joven se subió acompañada en un vehículo en el que recorrió la distancia que separa A Pobra de Taragoña.

Varios testigos declararon ante la Guardia Civil que en la noche del 22 de agosto vieron a Diana Quer bajarse de un coche en el muelle de Taragoña y montarse a continuación en otro vehículo en cuyo interior habría un hombre con "mala pinta". Han sido varios los registros practicados los agentes que investigan los hechos en el entorno del muelle, en fábricas abandonadas e incluso en viviendas. Buzos especializados de la Guardia Civil rastrearon durante varias jornadas el lugar en el que ayer, de forma casual, apareció el teléfono móvil, sin que entonces consiguieran localizarlo.

Lo más posible, explican las mariscadoras, es que no estuviese visible sino "semienterrado en el fango". Además "es una zona muy grande y un sitio problemático para trabajar, porque te entierras mucho y las mareas, a veces, tampoco permite acceder a ella", explica la presidenta de la agrupación de mariscadoras de Rianxo.