La empresa Cablerías Auto afrontó uno de los inicios de semana más extraños y complicados de cuantos han vivido trabajadores y responsables de la compañía. Los directivos de la auxiliar de Citroën presente en Porriño y en Portugal, conscientes de la gravedad de lo sucedido, delegaron la responsabilidad de informar a un gabinete de comunicación externo. A través de él, hicieron público que los 500 trabajadores de Porriño y Valença guardarían un minuto de silencio, a las 13.55 horas, tras la lectura de un comunicado en el que expresaban su solidaridad con los familiares y amigos de Ana Enjamio, y su condena de la violencia machista por considerarla "una de las lacras más dañinas en la sociedad actual".

Del minuto de silencio no se pudieron ver imágenes, pues tuvo lugar en el interior de la fábrica, pero sí se pudo sentir una fuerte ovación al final del mismo desde fuera del recinto. Según ha podido saber este diario, Ana Enjamio, ingeniera industrial especializada en Organización, era querida y respetada por la plantilla, en la que cundía la idea de que estaba haciendo un buen trabajo dentro del departamento de Planificación. En él llevaba ya un tiempo, después de haber dejado atrás su período de becaria en el que fue formada por el presunto asesino, César Adrio Otero, que llevaba al menos 12 años trabajando en la factoría porriñesa.

Los testimonios de los trabajadores fueron muy pocos y las ganas de hablar inexistentes. Uno de los pocos que sí tuvo fuerzas para hacerlo revelaba lo que bien podría ser el sentimiento general: "Es increíble que un compañero haya podido hacer eso; estas cosas no te imaginas que puedan pasar en tu entorno; ha sido un día muy duro", declaraba este trabajador.