El 30 de diciembre de 2015, vecinos de Tameiga y la corporación municipal de Mos se reunían en los exteriores del concello para guardar un minuto de silencio por la muerte de Marina Rodríguez Barciela a manos presuntamente de su marido, Florencio Alonso Calvar. Ayer, catorce meses después, este mismo recinto volvió a congregar una nueva concentración en memoria de esta vecina de Tameiga al haber decretado el juzgado la puesta en libertad de su presunto asesino.

El hombre, de 72 años y natural de la parroquia de Pontellas, ingresó en prisión en la noche de Fin de Año acusado de un delito de homicidio. Sin embargo, la titular del Juzgado de Instrucción 3 de Porriño decretó el martes su puesta en libertad al entender que no existe riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas, según informó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), que añade que también se han tenido en cuenta el resultado de las diligencias practicadas hasta el momento durante año y dos meses. Estos argumentos son secundados también por fuentes de la Fiscalía, que aclaran que la investigación continúa abierta y aunque el septuagenario fuese puesto en libertad, sigue en el procedimiento en calidad de investigado.

Tras la petición de la defensa de Alonso Calvar de su puesta en libertad, solo la acusación popular ejercida por la Xunta de Galicia se opuso. Ante esto, la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, confirmó durante la concentración de ayer que el Concello quiere personarse en el procedimiento judicial contra el investigado por la muerte de Marina Rodríguez. Se está tratando de buscar una fórmula legal para llevar esto a cabo, ya que la investigación está muy avanzada.

Uno de los vecinos que participó en la concentración de ayer, y además en primera línea, es el hermano de la víctima, Manuel Rodríguez Barciela, quien indicó su parecer al respecto de la decisión judicial señalando que "no tiene explicación, que lo dejen libre no tiene perdón de Dios". Manuel se mostró rotundo a la hora de afirmar que en la familia "estamos completamente seguros de que fue él" y apuntó que se trataba de una hombre que llegó a tener problemas con más personas del municipio donde residía, además de asegurar que "ya había amenazado varias veces a Marina" antes del trágico episodio.

El hermano de la fallecida acabó aseverando que "ella, pobriña, sufría un calvario, porque fueron varias las veces que iba a pedirle un bocadillo a mi mujer porque él la mataba de hambre".

En torno a medio centenar de personas, con varios corporativos de Mos incluidos, participaron ayer, desde las 12.00 horas, en la manifestación en memoria de Marina Rodríguez . Comenzó con un minuto de silencio y continuó con la lectura de un comunicado por parte de la alcaldesa, Nidia Arévalo, en el que pidió "que el principal sospechoso de su asesinato, su marido, regrese a la cárcel cuanto antes y permanezca encarcelado hasta que se celebre el juicio, como debe ser el proceder habitual".