Tras tres meses de investigación y recogida de pruebas que arrojen luz a un caso policialmente cerrado, la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Vigo acordó levantar el secreto de sumario del asesinato de Ana María Enjamio, la ingeniera de 25 años natural de Boqueixón cuyo cadáver fue hallado en la madrugada del sábado 17 de diciembre en el portal de su vivienda tras recibir múltiples puñaladas.

Agentes de la Policía Nacional detuvieron el día después del crimen a un compañero de trabajo con el que había mantenido una breve relación. César Adrio, de 38 años, ingresó en el penal de A Lama tras entender que existía riesgo de fuga y de destrucción de pruebas. Y es que no pudo hallarse el arma homicida -posiblemente un cuchillo afilado y de hoja flexible- ni tampoco el móvil de la joven. A pesar de estos inconvenientes, los investigadores han podido sumar pruebas que incriminarían al único sospechoso del asesinato. Desde el principio, los agentes solicitaron a las compañías telefónicas la triangulación y geolocalización de los terminales de la víctima y el presunto agresor.

Según fuentes consultadas por este periódico, el teléfono de César Adrio lo situaría en el lugar del crimen, el portal número 40 de la avenida de Madrid. Tanto el móvil de Ana María Enjamio como el del sospechoso coinciden en el mismo punto y fueron apagados a la misma hora. El varón no volvería a encender su teléfono hasta el día siguiente, cuando se comunicó con su exmujer para acudir a Vilagarcía para visitar a sus hijos. Estas mismas fuentes revelan que víctima y sospechoso llegaron a comunicarse horas antes del suceso.

Otras las evidencias consideradas de peso por los investigadores para la implicación de César Adrio en el crimen radica en la desaparición de la ropa que vestía la noche de la cena de empresa. El investigado señaló a los agentes un vestuario distinto al que, a raíz de fotografías y descripción de otros compañeros de trabajo, llevaba en el restaurante.

Esta vestimenta continúa desaparecida, al igual que el móvil de Ana Enjamio y el arma homicida. Su tentativa de suicidio al provocarse diversos cortes en varias zonas del cuerpo, en especial cuello y muñecas, también resultó un indicio claro de culpabilidad tanto para los agentes a cargo de la investigación.