La autopsia realizada al cadáver de Ana Enjamio, la ingeniera coruñesa asesinada en Vigo hace tres meses presuntamente por un compañero de trabajo con el que había mantenido una relación sentimental, arroja que la joven presentaba más de 20 heridas de arma blanca de diferente intensidad y concentradas la mayoría en la zona pectoral izquierda, donde está el corazón. Varias de las puñaladas que recibió la chica, que fue sorprendida por su agresor en el portal del edificio donde residía en la avenida de Madrid, fueron mortales.

La necropsia al cadáver también indica que tenía lesiones características de lucha o defensa, lo que indicaría que la víctima habría intentado repeler el ataque. Estos datos, incluidos en el informe preliminar de la autopsia, salen ahora a la luz tras levantar la titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo el secreto sobre las diligencias.

Otro dato que ha trascendido es que el supuesto asesino, el vigués César Adrio, en la actualidad en prisión provisional, dejó una nota de suicidio en su casa; un día después de ser interrogado por la Policía Nacional, cuando aún no tenía la condición de detenido, se provocó cortes en varias partes del cuerpo.

Aunque todavía no se ha recibido el informe final de la autopsia, pendiente de pruebas complementarias que se realizan en el Instituto de Toxicología de Madrid, el estudio preliminar evidencia la brutalidad del ataque sufrido por la víctima. Aunque el día del crimen, y tras el examen del cuerpo de la joven en el lugar de los hechos, trascendió que la chica tenía en torno a una decena de puñaladas, la autopsia revela que la agresión fue más grave El cadáver tenía más de 20 heridas de arma blanca, aunque el número de cuchilladas, de diferente intensidad, se presume que sea aún mayor debido a que hay lesiones complejas en las que podrían haber confluido varios cortes. La necropsia también evidencia heridas características de lucha, que indicarían que Ana intentó defenderse, hipótesis que se definirá con el resto de elementos probatorios a practicar en la causa.

Entre los informes que faltan por ser remitidos al juzgado especializado para que continúe con la instrucción se encuentra el de los restos de ADN, huellas y sangre recabadas en el escenario del crimen. También se inspeccionó el piso de la joven dos veces.

A la espera de que la Policía Científica concluya el estudio, lo que sí se puede confirmar, según fuentes policiales, es la presencia de huellas del principal sospechoso del asesinato de Ana María Enjamio en el portal donde se perpetró el crimen. Estas marcas dactilares fueron halladas también en la casa de la joven. Los expertos señalan que pueden conservarse hasta dos semanas, por lo que no sería un indicio claro que demostrase la presencia del varón en el piso las jornadas anteriores al asesinato de la ingeniera natural de Boqueixón.

El vehículo de la víctima, mientras, permaneció hasta hace escasos días en dependencias policiales. Tras una revisión exhaustiva del mismo, se comprobó, informaron fuentes del caso, que el coche sufrió diversos daños días antes del suceso, como una rueda pinchada.

La hipótesis inicial era que el presunto agresor pudo haberle pinchado un neumático del coche con un punzón antes de la cena de empresa, para tener así una excusa para después llevarla a casa. Sin embargo, tras analizar a fondo el vehículo, lo que se sospecha ahora es que el pinchazo se realizó mientras el varón la esperaba en el portal con el mismo cuchillo con el que presuntamente la asesinó, consumido por la rabia que sentía tras ser rechazado. Es el móvil pasional el que presuponen los agentes como presunto motivo del asesinato.

Los policías también comprobaron que los perfiles en redes sociales de César Adrio, entre ellos el de Facebook, fueron borrados por el propio varón el sábado 17 de diciembre, la misma jornada del asesinato. Lo que se desconoce es si fue antes o después de que, pasadas las cinco de la madrugada, supuestamente matase a Ana.