Una multa de 970 euros, ocho meses y un día sin poder conducir por territorio español, las costas procesales y dos días de calabozo. Es el precio que un camionero ruso detenido el sábado en Verín por sextuplicar la tasa de alcohol y dar bandazos al volante por la A-52 ha tenido que pagar por su negligencia. En la versión que ofreció en sede judicial dijo que se había reencontrado con un viejo amigo con el que bebió "un poco de vino y una o dos cervezas" antes de ponerse al volante del tráiler con el que zigzagueó en 40 kilómetros de autovía antes de que una patrulla de Tráfico le ordenase parar.