El aviso de un indigente, que se dirigió a unos jóvenes que pasaban por la calle Río Bibei en el barrio ourensano de O Vinteún para advertirles: "Vi un niño en aquel contenedor", fue crucial para salvar la vida de un recién nacido, varón, de dos kilos de peso y unas 37 semanas de gestación, que había sido depositado por una persona o personas todavía desconocidas, en el interior del recipiente de restos orgánicos situado en plena calle, y que se encuentra ya ingresado en la unidad de neonatos del Complejo Hospitalario de Ourense y fuera de peligro según confirmaron a este periódico ayer fuentes policiales.

El bebé, que fue encontrado de forma fortuita en torno a las 16.00 horas de la tarde de ayer por este indigente, un hombre sin domicilio fijo, conocido en el barrio, estaba ya al límite de sus fuerzas, según relata Justa Rodríguez, una hostelera que regenta un bar en una calle próxima y la primera persona que lo tuvo en sus brazos tras ser rescatado y para el que sus cuidados y primeros auxilios fueron fundamentales.

"Unos jóvenes llegaron a mi bar muy nerviosos y me dijeron que habían escuchado la frase del indigente, se acercaron hasta el contenedor y comprobaron que había un bebé en el interior", narra todavía nerviosa la mujer, quien explica que en ese momento "eché a correr con el temor de que fuera ya tarde y cuando llegamos vimos el contenedor casi vacío y en el fondo pudimos observar que el bebé seguía ahí. Uno de los chicos se metió dentro y me lo dio en brazos", explicaba Justa Rodríguez.

Según la mujer "el pequeño tenía un golpecito en la cara, un brazo ya algo amoratado, y ni siquiera lloraba pues respiraba con dificultad, no tenía ya casi fuerzas; si ese indigente llega a tardar un poco más en encontrarlo, sería tarde", relata todavía emocionada la ourensana Justa Rodríguez.

Tras alertar a Urgencias Médicas del 112, y mientras esperaban la llegada de los servicios de emergencia "yo envolví al bebé en una gabardina que junto con otros trapos viejos estaban en el fondo del contenedor, y lo apreté contra mi para darle calor, era un bebé precioso" explica Justa. Decenas de personas se habían congregado ya en una calle que es habitualmente de poco tránsito. Una auxiliar de enfermería que casualmente transitaba por el entorno acudió para atarle el ombligo al recién nacido, ya que todavía tenía el cordón umbilical.

Hasta el lugar se desplazaron efectivos del 061 que tras una primera atención de urgencia trasladaron al bebé hasta el CHUO (Complexo Hospitalario Universitario de Ourense) donde está ingresado y cuyo estado de salud es estable.

Miembros de la Policía Judicial y Policía Científica de la Comisaría de Policía Nacional de Ourense tomaron muestras de sangre y restos de sangre tanto del interior del contenedor como del entorno y comenzaron a realizar la primeras averiguaciones entre los vecinos de la zona para tratar de localizar a la madre biológica del pequeño.

El indigente que se encontró con el bebé, conocido en la ciudad por recorrer durante el día y la noche, a veces con un carrito de compra en el que coge material de lo más diverso, desde comida caducada hasta restos de chatarra "no tiene domicilio fijo duerme en donde le coincide según la zona de la ciudad en la que se encuentre y a veces incluso hurga en los contenedores de madrugada" indican fuentes policiales.