Defendió su inocencia simulando una crucifixión ante los juzgados, repartiendo folletos y hasta caminando todo un día con la cruz a cuestas. Protestas llamativas que incluso le costaron una condena por delito de calumnias al juez que tramitaba su caso. Y siete años después de abrirse la causa contra él, la Audiencia de Pontevedra ha acabado dándole la razón. La Sección Cuarta de este órgano provincial ha absuelto a Javier Agostini Fernández, el empresario de Ponteareas que estaba acusado de estafar a Toyota mediante el envío de contenedores llenos de arena en lugar del polvo catalítico adquirido. El fiscal pedía que este hombre fuese condenado a 6 años de cárcel, multa y al pago de casi un millón de euros a la multinacional japonesa. Pero frente a esta solicitud y la todavía más alta que demandaba la acusación particular, ejercida por la propia compañía nipona, la sala exculpa al procesado. "No consta que la sustitución de la carga genuina de los contenedores denunciada se hubiera realizado por el acusado ni en las instalaciones de su empresa", concluye el tribunal, que califica los indicios que lo llevaron a juicio de "insuficientes, equívocos y poco sólidos".

Con esta sentencia, los magistrados de la Audiencia de Pontevedra atienden la petición del abogado defensor, el letrado vigués Guillermo Presa, que había solicitado la libre absolución en el juicio. En su apartado de hechos probados, la sala relata que Javier Agostini, como responsable de Newtec Recycling, que estaba domiciliada en Ponteareas, inició en 2008 una relación comercial con Toyota Tsusho Europa, del grupo Toyota, para el suministro de contenedores de polvo catalítico para enviar a Japón. Esos depósitos se llenaban en la empresa ponteareana, a donde se trasladaba un representante de Toyota para inspeccionar el proceso de carga de cada uno de ellos. Los contenedores se trasladaban después por tierra al puerto de Barcelona y desde allí, por mar, hasta Japón, concretamente a la capital, Tokio, desde donde el material se llevaba ya a la central de la compañía.

Incidencias

En nueve cargamentos enviados no hubo incidencias denunciadas. Pero en otros cinco sí. En cuatro, al ser abiertos los contenedores en Japón, se detectó que en la capa superior había polvo catalítico, pero el material de la parte inferior "había sido sustituido por arena y otros materiales de desecho". Y en otro envío se denunció la ausencia total del material, aunque la Audiencia de Pontevedra concreta que no hubo comprobación al respecto. El tribunal, que no ve pruebas de que el autor del delito sea el acusado, Javier Agostini, recalca que representantes de la firma denunciante fueron a Ponteareas para inspeccionar todas las cargas antes de ser remitidas a Japón.

Toyota abonó al ahora absuelto el 80% del coste de todos los envíos, incluidos los de los contenedores donde había arena, que sumaban 921.848 euros, cantidad que se reclamaba a Agostini en este proceso judicial. La multinacional no le abonó el 20% restante. La sentencia no es firme y cabe recurso ante el Tribunal Supremo.