María del Carmen García, la mujer condenada por matar en Benejúzar (Alicante) al violador de su hija tras quemarlo vivo, comenzó ayer a disfrutar del tercer grado penitenciario. Carmen abandonó la prisión Alicante II, en Villena, para marcharse con su familia a su domicilio e iniciar un régimen de semilibertad.

La mujer cumplirá a partir de ahora la pena en régimen de tercer grado en otra cárcel alicantina a la que tendrá que regresar cada día laborable para pasar las noches.

Los hechos ocurrieron el 13 de junio de 2005, cuando la mujer estaba esperando en una parada del autobús y fue interpelada por Antonio Cosme, condenado por haber violado a punta de navaja a su hija el 17 de octubre de 1998. El violador, que había salido de la cárcel con un permiso penitenciario, le preguntó por la chica y a continuación se metió en un bar cercano.

María del Carmen García compró gasolina en una estación de servicio que introdujo en una botella, se la echó por encima al agresor sexual dentro del bar y le prendió fuego con una cerilla, lo que ocasionó poco después su muerte.

La mujer fue condenada inicialmente a nueve años y medio de prisión por la sección séptima de la Audiencia de Alicante, con sede en Elche, pero el Tribunal Supremo rebajó la condena a cinco años y medio. El Gobierno ha rechazado hasta ahora dos peticiones de indulto presentadas por el abogado Joaquín Galant tras reunir miles de firmas de apoyo, y tiene pendiente de pronunciarse sobre una tercera.

En su auto la juez María José Sirvent destaca la adaptación de la reclusa a su vida en prisión, su participación en las actividades programadas, el apoyo familiar y social y la baja probabilidad de que vuelva a delinquir.