La juez de Instrucción 2 de Vilagarcía envió ayer a prisión a cuatro de los cinco detenidos en la segunda fase de la Operación Albus en la que se intervinieron 1,7 kilos de heroína, cuatro de cocaína, 500 gramos de sustancia de corte y material para la elaboración y distribución de estupefacientes. La supuesta organización criminal, liderada por el albanés V.V., la integraban además el vilanovés Marcos Falcón, un vilagarciano de Sobradelo de nombre Diego, un vecino de Tomiño así como un asturiano que quedó en libertad con cargos y que tendrá que comparecer cada 15 días en el juzgado.

De ellos, solo tres respondieron al interrogatorio de la juez y el fiscal antidroga Pablo Varela mientras que los otros dos se acogieron al derecho a no declarar. Tanto el albanés como los otros dos investigados por un delito contra la salud pública expusieron que ni siquiera se conocían entre ellos.

La Guardia Civil mantiene abierta la llamada Operación Albus ya que algunos investigados habrían eludido el cerco policial, por lo que la juez decretó el secreto de sumario. La investigación sostiene que se trata de una organización liderada por V.V., de 39 años, con domicilio en Santiago, quien se rodeó de al menos cinco personas "que se encargaban de buscar compradores de droga, de la distribución y de dotar de apoyo logístico o incluso aportar seguridad para la realización de actividades ilícitas". El instituto armado subraya que estas cinco personas "contaban con otros colaboradores que le compraban la droga directamente o que incluso les hacían de lanzadera, llegando a realizar viajes al extranjero para traer la citada mercancía". Los agentes explican que "se rodeaban de fuertes medidas de seguridad" y contaban "con una amplia experiencia criminal en el tráfico de estupefacientes".

Cabe señalar que entre los detenidos se encuentran dos arousanos residentes en Vilagarcía y Vilanova de Arousa, respectivamente. Ayer también pasaron a disposición de la juez que dirigió la operación el albanés y otras dos personas, un vecino de Tomiño y otro que reside en la ciudad de Oviedo.

La Benemérita indica los detenidos "estaban perfectamente integrados en la sociedad y llevaban una vida completamente normal, a pesar de generar unos ingresos que les permitían una vida acomodada". El grupo supuestamente distribuía la droga a pequeños vendedores de Galicia y Asturias.