El balance provisional de mujeres asesinadas por violencia machista en lo que va de año podría ascender a 52 si se confirma el feminicidio en la explosión de gas de Chapela en febrero en la que murieron María José Mateo y su expareja Emilio Fernández, además de otros casos en Benicásim (Castellón), Mogán (Las Palmas) y La Llagosta (Barcelona) que tenían el mismo móvil machista.

Madrid es la región que tiene que lamentar más víctimas mortales, con un total de ocho mujeres asesinadas en su territorio. Siete en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Andalucía. Seis en Castilla-La Mancha, cuatro en Canarias, tres en Murcia, dos en País Vasco y Extremadura y una en Galicia y Navarra.

Según las estadísticas oficiales nacionales, solo en diez de los feminicidios registrados este año existían denuncias previas por violencia de género y nueve de ellas fueron impulsadas por las propias víctimas.

En cuanto a las fallecidas, el grupo más numeroso (15 mujeres) tenía entre 31 y 40 años, 11 de 51 a 50 y diez no habían cumplido la treintena. La gran mayoría eran de nacionalidad española y en seis de cada diez casos, aún convivían con su maltratador, de quien seguían siendo pareja.