Dos velas encendidas a las puertas de la nave de Asados anticipan el dolor. Amanece en Rianxo este 1 de enero entre lluvia, niebla y frío. Algunos vecinos se dejan caer desde primera hora por este viejo almacén abandonado. Silencio, dolor, impotencia. "Nunca nada así había pasado", comentan a media voz. La deriva del crimen de Diana Quer ha dejado sobrecogido a todo el pueblo. Hoy salen a la calle para expresar su dolor, su enfado, su luto.

Alguien ha dejado dos cirios a las puertas, junto a la cinta de la Guardia Civil. A unos metros hallaron los restos de la joven madrileña, desaparecida en agosto del año pasado. Un caso difícil, sinuoso. El Juzgado Nº1 de Ribeira reabrirá mañana el proceso, tras ser sobreseído provisionalmente. Hoy, José Enrique Abuín presta declaración ante el magistrado de guardia de la sala 3. Ayer confesaba en la Comandancia ser el autor del crimen. Según su relato, habría intentando violarla; ella se resistió y la estranguló. Antes, dijo haberla atropellado.

A la espera de lo que dictamine la autopsia, lo que se palpa en Rianxo, es dolor. Casi vergüenza. Será difícil que los vecinos olviden.Cronología del caso