La familia de Manuela Lorenzo, desaparecida el 25 de julio de 2015 a los 70 años en la parroquia de Bealo (Concello de Boiro), hace tiempo que la da por muerta. Pero la localización del cadáver de Diana Quer y las similitudes entre ambos casos la llevan a pedir que se intensifique la investigación y se determine si José Enrique Abuín, alias El Chicle, presunto asesino de la joven madrileña, es también responsable de lo sucedido a la septuagenaria.

Desde el lugar de Boimazán, donde se encuentra la vivienda de la mujer desaparecida, la familia plantea la necesidad de averiguar dónde estuvo Abuín aquel 25 de julio, para lo cual propone examinar los registros de sus teléfonos móviles e incluso buscar restos del ADN de la septuagenaria en los vehículos que pudo haber conducido desde entonces el presunto asesino.

Es su hijo, José Manuel R. L., quien incide en la posibilidad de que ambos sucesos estén dramáticamente relacionados, ya que "el modus operandi es el mismo". Este hombre, cuya mayor ambición es saber qué pasó a su madre, se desplazó el domingo a Asados para asistir a la recuperación del cuerpo de Diana Quer, a cuya familia brinda su "absoluto apoyo y cariño". Muy agradecido por el "enorme trabajo de la Guardia Civil de Boiro y los integrantes de la Unidad Central Operativa (UCO), que nos trataron con profesionalidad y humanidad buscando sin descanso a mi madre", cree que ha llegado el momento decisivo, ya que lo sucedido con Diana Quer abre una nueva vía de investigación que podría llevar hasta el cuerpo de Manuela Lorenzo.

"Como hacía con frecuencia, mi madre salió a caminar por los alrededores aquel 25 de julio de 2015 y desapareció sin dejar rastro", recuerda. Desde aquel preciso momento, y como en el caso de Diana "se planteó la posibilidad de que fuera víctima de un ataque por motivos sexuales, aunque tenía setenta años, e incluso se habló de que la habían matado para extraerle órganos o para robarle, ya que llevaba encima un reloj de oro". Otra hipótesis manejada era la del atropello, pero tras revisarse todo el entorno se creyó poco probable que alguien arrollara a Manuela Lorenzo y se deshiciera del cadáver.

Lo que está claro es que ninguna de las líneas de investigación permitió dar con el paradero de la septuagenaria, "y eso que se la buscó incluso más que a Diana, con una importante implicación de todos los vecinos y las fuerzas de seguridad, empleando perros y revisando viviendas, huertas, carreteras, montes y pozos como los de un viejo aserradero en el que también se buscó a la desaparecida en A Pobra". En resumen, que lo sucedido con Diana Quer y el modo de actuar de su presunto asesino "guardan muchas similitudes" con todo lo que rodeó a Manuela Lorenzo.