Las particularidades del caso de Diana Quer, una chica en la flor de la vida, y el carácter mediático que ha adquirido han llevado a que la figura de José Enrique Abuín Gey, El Chicle, sume todo tipo de rechazo y repulsa, sobre todo entre sus propios vecinos y conocidos, que reniegan abiertamente de él. A las condenas institucionales que se han repetido por toda la geografía gallega, se suma la social, que ya ha emitido veredicto y condenado al rianxeiro.

Un ejemplo de ello es la casa en la que residía con su mujer y sus cuñados, hasta su detención el pasado 29 de diciembre, en la parroquia rianxeira de Taragoña. Esta amaneció ayer cubierta de pintadas en las que se insulta y se amenaza al presunto autor de la muerte de Quer. En ellas se señala a El Chicle como "asesino" y a su mujer como "cómplice". También figura una tercera en la que se señala "Chikilín, estás morto". Esa condena no solo ha alcanzado la vivienda del presunto autor de la muerte de Diana Quer, sino que se ha extendido a las redes sociales, donde los mensajes amenazantes contra él y su familia, incluida su hija menor de edad, son una constante.

Hasta la vivienda de Taragoña se desplazó una patrulla de la Guardia Civil para hablar con los vecinos sobre lo ocurrido, aunque no consta que exista denuncia alguna sobre estos hechos. Desde que se precipitó la detención de El Chicle y su esposa por parte de los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, la vivienda permanece cerrada a cal y canto, salvo en las ocasiones en las que han acudido los agentes a realizar registros, en compañía del propio acusado.

Rosario Rodríguez ha optado por refugiarse con la familia de su marido en la casa de los padres de este, situada en Asados, a tan solo cinco kilómetros de distancia de la vivienda que compartía con su marido en Taragoña, y a apenas 200 metros de la nave en la que apareció el cuerpo de Diana Quer en la madrugada. Desde la detención, el pequeño lugar de Outeiro, habitualmente tranquilo, se ha convertido en un bullicio de personas que se acercan a ver la vivienda en la que residía el que califican como "un auténtico monstruo".