La nueva línea de investigación abierta por la Policía Nacional tras la reactivación del caso Sonia Iglesias a mediados de 2017 ha llevado a los agentes de la Comisaría de Pontevedra y los especialistas de las unidades llegadas desde Madrid hasta la casa familiar de los Araújo en San Mauro y desde allí, a raíz de diversos indicios, al cementerio municipal ubicado a apenas unos 50 metros de la vivienda. Concretamente, los policías se han fijado en el gran panteón que la familia de Julio Araújo, pareja de Sonia en el momento de la su desaparición, en 2010, tiene en este camposanto.

Aunque todavía no se ha realizado inspección alguna en este cementerio ni en el panteón, ni tampoco hay constancia de que se haya solicitado ningún tipo de intervención al juzgado por parte de la policía, lo cierto es que los investigadores sí tienen interés en averiguar distintos aspectos relacionados con el panteón de la familia Araújo y así quedó evidenciado en las preguntas que Julio declinó responder cuando compareció en comisaría el pasado miércoles. Los agentes, a pesar de que la pareja de Sonia Iglesias se acogió a su derecho a no declarar, sí quisieron dejar constancia de las cinco preguntas que pretendían hacerle y que no obtuvieron respuesta. Entre ellas había una que se refería a si había realizado algún tipo de obra o actuación sobre el panteón familiar que está ubicado en el cementerio de San Mauro y si su hermano le ayudó en alguna cuestión relativa a este panteón.

Al parecer, otra de las preguntas tendría relación con si estuvo en aquella jornada de la desaparición en las inmediaciones de la citada vivienda o del propio cementerio.

Estas dos preguntas tendrían como objetivo profundizar en una de las hipótesis que barajan los agentes y que sería que en un primer momento se pudiera haber escondido el cadáver de Sonia en algún punto de la finca o la vivienda de San Mauro para más tarde haber sido trasladado al cercano cementerio, pero esta sería una más de las posibilidades que se están explorando.

En este sentido, el análisis en laboratorio de los restos obtenidos en el minucioso registro realizado en la finca y vivienda de San Mauro durante los últimos dos días será clave y esto todavía llevará su tiempo.

Un paso lógico para solventar esta hipótesis podría ser la intervención o registro en un lugar tan sensible como es un panteón fúnebre familiar, por lo que solo el hallazgo de indicios de cierto peso a lo largo de los últimos días podrían justificar que la policía solicitase una medida de tal calado y que la jueza pudiera autorizarla. Es por ello que probablemente habrá que esperar a que concluya el proceso de análisis y estudio de las pruebas y restos obtenidos en la vivienda, unidos a los otros indicios ya existentes en la causa y a los recabados en los últimos meses tras la reapertura del caso, para confirmar qué nuevos pasos dará la policía, la Fiscalía, y el juzgado de instrucción. Entre ellos si se realiza algún tipo de diligencia respecto al panteón. Se trata de un conjunto mortuorio con unos 32 nichos de los que en torno a la mitad parecen no estar ocupados.

De la importancia que tendrá ahora la labor de los investigadores en el laboratorio da cuenta, por ejemplo, el hecho de que entre los numerosos efectos que los investigadores se llevaron de la finca de San Mauro tras la minuciosa inspección realizada haya restos orgánicos. Y es que, por el momento, se desconoce qué valor pueden tener estos indicios para la investigación dado que es probable que pudiera tratarse de algún animal, por lo que están a la espera de lo que puedan aportar los informes del laboratorio.

Por lo tanto, todo parece indicar que el trabajo de campo dará paso ahora a una etapa de análisis de las evidencias encontradas dado que, por el momento, no hay autorizados nuevos registros por parte del juzgado ni tampoco se ha ordenado ninguna diligencia de investigación nueva en relación con este caso.

Desde el TSXG explicaron que, las actuaciones policiales ordenadas por el juzgado fueron las que se desarrollaron en la vivienda de San Mauro y en un vehículo en taller de Vilalonga y que se terminaron el pasado miércoles. El juzgado confirmó que "no hay nadie investigado judicialmente", es decir, lo que era la antigua figura del imputado. Tanto Julio Araújo como su hermano fueron llamados a declarar a comisaría como investigados, pero a nivel policial, algo que no tiene ningún valor jurídico.