Dos mujeres, madre e hija, de 69 y 43 años, fueron presuntamente asesinadas ayer en Vitoria por un hombre, de 46 años, expareja de la víctima más joven, en un nuevo caso de violencia de género en una vivienda de calle Julián de Arrese, en el barrio de Lakua a la que también prendió fuego. El cuerpo sin vida de la primera de las mujeres asesinadas fue descubierto con síntomas de haber sido degollado mientras que la madre de ésta falleció apenas unos minutos más tarde en el hospital como consecuencia de las graves heridas causadas por el agresor, quien al cierre de esta edición se encontraba ingresado bajo pronóstico reservado tras tirarse desde el octavo piso en el que ocurrieron los hechos. Los bomberos habían colocado instantes antes una lona que ayudó a amortiguar la caída.

Tras ser recogido de la misma, el hombre fue atendido en una ambulancia antes de ser trasladado al hospital, donde está pendiente de una valoración psiquiátrica custodiado por la policía en calidad de detenido. La víctima y el arrestado tenían dos hijos en común, se separaron hace ya varios meses y según el Departamento vasco de Seguridad, ella nunca había presentado una denuncia contra él.

Los hechos comenzaron sobre las 11.30 horas de la mañana de ayer. El presunto autor del crimen mató a la mujer más joven, de la que se había separado hace unos meses, e hirió de gravedad a su madre, al parecer en el descansillo de la escalera.

La hija falleció prácticamente en el acto, mientras que la madre fue conducida en una ambulancia al hospital, donde se confirmó poco después su muerte.

Entre tanto, el agresor se atrincheró en un domicilio ubicado en el octavo piso y, cuando la Unidad de Intervención de la Ertzaintza entró en el edificio, prendió fuego a la vivienda. Previamente, los bomberos colocaron una colchoneta en la terraza de la primera planta, ya que el hombre amenazó con tirarse.

En torno a las 13.00 horas, cuando ya se veía salir humo por las ventanas del octavo piso, el presunto asesino abrió una de ellas, salió al exterior y se quedó agazapado en la cornisa. Poco después, perdió el equilibrio y estuvo a punto de caer al vacío, pero logró agarrarse al alféizar con una mano. Finalmente cayó a la terraza donde los bomberos habían colocado una colchoneta que ha amortiguado el golpe.

Multitud de vecinos salieron a la calle como muestra de repulsa por este doble crimen. Tras una concentración silenciosa de quince minutos, la directora del Instituto de la Mujer-Emakunde mostró todo su apoyo y solidaridad con las familias y allegados de las dos víctimas y dijo que la violencia contra las mujeres es la "expresión más brutal de la desigualdad existente" y la muestra de que "hay que seguir trabajando, cada uno en su ámbito de responsabilidad", para acabar con esta lacra.

El alcalde de la ciudad también mostró su deseo de que al presunto agresor le caiga encima "todo el peso de la ley" y expresó en nombre de Vitoria y los vitorianos un mensaje de "apoyo y solidaridad" con las familias de las dos mujeres asesinadas.