Fue el pasado noviembre cuando dos perros, cruce de Dogo de Burdeos con Bóxer, se ensañaron con una vecina de 82 años de Covelo, en Pontevedra: salvó su vida de milagro, pero tuvieron que amputarle las dos piernas por debajo de las rodillas.

Las diligencias que en el asunto de Covelo abrió el Juzgado de Instrucción 2 de Ponteareas siguieron adelante. Al dueño de los canes se le atribuyó la presunta autoría de un delito de lesiones. También comparecieron como investigados dos familiares del hombre, si bien, según el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), se sobreseyó el procedimiento en relación a una de estas personas, una mujer, al no verse responsabilidad penal de la misma.

¿En qué fase se encuentra esta instrucción judicial? Practicadas las diligencias necesarias, ahora solo se está a la espera del informe definitivo de los médicos forenses, en el que, junto a las lesiones que sufrió, se determinarán entre otras cuestiones las secuelas que le quedaron a la víctima. Al perder las dos piernas, la octogenaria -viuda, con seis hijos y que hasta el suceso "se defendía perfectamente"- depende de otras personas. Quienes la conocen relatan que, tras haber estado casi mes y medio hospitalizada, la familia tiene ahora un coche adaptado. Vecinos suelen verla, por ejemplo, en misa. "Asumió lo que le ocurrió, anímicamente está bien; acude a rehabilitación", cuentan.

El informe de los forenses, en supuestos de estas características con lesiones severas, resulta clave. Por un lado, de cara a determinar, en el futuro juicio, la indemnización que le corresponderá a la perjudicada. Y en este caso concreto, explicaron las fuentes oficiales, también para la calificación penal de los hechos.

La investigación, aguardando por tanto por este informe, se ha topado con que se estaba agotando el plazo ordinario de la instrucción, de seis meses. Ante esta situación, el juzgado optó, solo a efectos formales para evitar que caduque el procedimiento, acordar el sobreseimiento de la causa. Es un cierre provisional.