Las represalias que podrían sufrir sus colaboradores por parte de narcos colombianos pasaron a engrosar la lista de problemas de Sito Miñanco (José Ramón Prado Bugallo) después de que la policía holandesa interviniera un cargamento de 616 kilos de cocaína: "¿Tú sabes que le pueden pegar un tiro al hermano de Quique y a la madre?".

Esta pregunta se la hizo a su novia, Leonor Ivanova, dentro del coche Saab 93 pinchado en que la policía interceptó cientos de conversaciones entre el histórico narco cambadés y miembros de su red antes de ser detenido este pasado 5 de febrero en Algeciras (Cádiz), donde residía desterrado de su tierra natal por orden judicial. Desde entonces está en prisión.

El sumario del caso revela los entresijos del tráfico de drogas a gran escala como en el que se movía Miñanco. Tan solo un mes después de que el 1 de octubre de 2017 la policía española interviniese el mayor alijo de cocaína en alta mar (3.800 kilos) que el cambadés importaba desde Colombia, el gallego sufrió otro golpe con la incautación de 616 kilos de esa droga en Holanda.

Esa cocaína provenía también de Colombia. Y los narcos de ese país exigían a Miñanco pruebas de la operación policial, en la que su presunto colaborador Luis Enrique García Arango había actuado como intermediario. El narco gallego habla con él del tema tiempo después, el 29 de noviembre. "No hay duda de que la mercancía la cogieron y era nuestra; ahora hay que dar un poco de tiempo a que éste diga cómo va a dar todos los detalles".

"Éste" es Kit, Raymond Van Rij, el holandés que debía recibir la carga en su país y del que estaban a la espera de que mandase documentos probando la aprehensión de la droga. "Cuando las cosas salen bien, todo fenomenal, pero cuando no, esto se pone muy maluco porque todo el mundo empieza a pedir explicaciones", dice Luis Enrique a Sito. Y es que Quique o Alan, como se refiere a él Sito en sus conversaciones en el coche con terceras personas, tiene un hermano en Colombia y se teme lo peor.

Sin avances desde Holanda

Pasados 20 días, el 19 de diciembre, las explicaciones de Holanda siguen sin llegar y la situación se pone más tensa. Así se lo traslada Quique a Sito en mensajes que su novia, Leonor, le lee en el coche. "Hay que poner un abogado, esto va a traer un gran problema", le advierte Luis Enrique a Miñanco, que le escribe: "Voy a darle el nombre de un abogado" o "Tranquilo que tendremos todos los datos, los sellos, lo que se cogió, tendremos todo, solo se necesita un poco de tiempo".

La tranquilidad que el cambadés intenta transmitir por escrito se esfuma cuando, acto seguido, comenta el tema con Leonor. "¿Tú eres consciente de que después de 40 días y no haber dado ni un papel, eso no es lo normal?", le pregunta ella. Sito se da perfecta cuenta. Es más, añade: "No sabes la dimensión, tú no sabes la dimensión, nadie sabe la dimensión, nadie. ¿Tú sabes que le pueden pegar un tiro al hermano de Quique y a la madre? ¿Tú sabes que los pueden matar?".

Cuatro días después, el tema sigue sin aclararse. "El tío dice (...) que eso es mentira, que ahí no cayó nada. Yo creo que sí, lo de Holanda cayó, yo perdí mi parte. Y este hijo de puta ahora aprieta a Alan", explica Miñanco a otro supuesto colaborador, José Manuel Ferradas.

Los contactos siguen. El 5 de enero, en otra conversación grabada entre Luis Enrique y otro miembro de la red, Francisco Valle Parraga, el primero le cuenta una reunión que había tenido con el holandés Kit y con el hijo de un narco colombiano para hablar del alijo. En ese encuentro, relata, Kit reprodujo un vídeo en el que un policía cuenta que se incautaron de 616 kilos de droga. Pero el chaval colombiano, que habla con su padre por encromail ( mail encriptado), insiste en que la droga no tiene las marcas que la identifican como suya. El joven colombiano le enseña el móvil y le pide que lea un mensaje de su padre. Luis Enrique se niega y el chaval insiste: "No lo vas a leer pero yo te lo voy a decir: que no vayas a Ecuador porque te van a matar".

"Bueno, ya está, le dije yo al chaval, me matarán en Ecuador, en Colombia o en cualquier sitio", relata Luis Enrique, porque "los de Ecuador estaban convencidos, igual que él, de que esto era un robo de Kit". Pero finalmente, el hijo del narco se cree las explicaciones y pide a Kit que le de la tablet con esos vídeos para destruirla. "El chaval se la quedó, de película de cine. Venían solo con ganas de intimidar, de buscar problemas donde no los había; cuando vieron que la verdad es una, tuvo que echar para atrás".