La Guardia Civil recaba pruebas para confirmar si detrás del brutal asesinato de la joven de 33 años Leticia Rosino, muerta a golpes con grandes piedras en la localidad zamorana de Castrogonzalo, pudo haber un intento de agresión sexual por parte del único detenido, de iniciales J.F., un vecino del pueblo apodado El Pastor, dados los indicios hallados en la escena del crimen, los leggins y otras prendas íntimas de la fallecida.

La confesión de uno de sus hijos menor de edad, que lo habría delatado, parece decisiva. Los hechos encajan, además, con los antecedentes del único sospechoso, al parecer condenado a prisión por violación en 1980. El asesinato habría tenido lugar entre las 18.00 y 19.00 horas del jueves, cuando la víctima paseaba por las inmediaciones del río Esla, como era su costumbre, momento en el que se habría visto sorprendida por el acusado, que le habría salido al encuentro con intención de agredirla sexualmente, según los indicios recabados por la Guardia Civil.

La mujer habría intentado zafarse del detenido, cuando este trataba de forzarla o ya lo había conseguido, extremos que tendrán que confirmar la autopsia. La posibilidad de que la joven huyera habría desatado la furia del arrestado ayer, quien le habría golpeado con una piedra en la cabeza sin lograr que la mujer detuviera su marcha. Esta circunstancia habría provocado una segunda agresión con otra piedra y el desplome de la joven, que se arrastró por el suelo hasta que su agresor pudo volver a alcanzarla con una piedra de mayor dimensiones, que descargó brutalmente contra ella.