Carmén Alén, vecina de la zona afectada, salvó la vida gracias a que "quedó un bloque encajado que cayó del techo y me quedó allí la cabeza". "Nos habíamos tumbado en el sofá mi marido y yo después de comer cuando sonó el estruendo y pensamos que era el fin del mundo", contaba Carmen minutos después de evacuar su vivienda, la cual asegura que "le cayó encima y después empezó todo a arder". Ella salió ilesa "de milagro" pero su esposo tuvo que ser trasladado en ambulancia para recibir atención médica.

Antes de ser auxiliada Carmen Alén presenció como su vecina, una mujer de 40 años de origen marroquí, se quemaba viva. "Pidió auxilio y gritaba pero no pudimos hacer nada por ayudarla. Vimos cómo se quemaba" se lamentaba.

Sobre el origen de la explosión en una casa cercana a la suya, Carmen sostiene que sabía que había un almacén, y que además era de un sobrino suyo, no obstante aclara que no sabía lo que allí se atesoraba. "Según decían era para guardar palos para los fuegos que se tiran en las fiestas pero ahí debía de haber algo más". "Si lo supiéramos no se lo hubiéramos permitido" concluye la tudense.

Después de presenciar cómo se le caía la casa encima, Carmen y su marido, ambos jubilados, salieron a la calle con lo puesto. "Todo lo que teníamos estaba allí dentro, nos hemos quedado sin nada", contaba mientras estaba siendo tranquilizada por los vecinos de la zona y atendía las numerosas llamadas de familiares y amigos que se interesaban por su estado de salud.