En 2012 muchos vigueses confundieron con un seísmo el temblor provocado por una voladura controlada en el Puerto de Vigo. El Instituto Geográfico Nacional la pudo medir, pese a su origen artificial, y la magnitud fue de 1,7. Algo similar ocurrió con la explosión del almacén pirotécnico de Tui. En este caso, el evento también fue detectado por siete estaciones de medición y alcanzó una magnitud inferior, de 1,3, como un terremoto pequeño y superficial, solo que no tiene origen sísmico. Las ondas en estos casos se transmiten por la tierra de forma superficial, por lo que pueden sentirse parecido a un terremoto.

En los cuestionarios (avisos que envíen las ciudadanos) que recibe el Instituto Geográfico Nacional, confirman que llegaron notificaciones de que la deflagración se sintió en Tui, y también en Valença do Minho, además, de forma "muy leve", informan, de en Chapela, Redondela o A Reboreda.

El Instituto Geográfico Nacional solo estudia en profundidad los movimientos sísmicos producidos de forma natural. Pero explican que su red también registra datos de fenómenos artificiales, que quedan luego clasificados como tales, como voladuras, lo que ocurre por ejemplo en zonas donde hay canteras, como en Ourense.

Estas explosiones, señalan desde el Geográfico, pueden llegar a sentirse y se miden. Un terremoto, aclaran, es un movimiento sísmico del terreno, mientras una explosión como la de Tui provoca ondas que se trasmiten por tierra y se registran.