El terreno arrasado por el fuego en el monte de la localidad de Xunqueira de Espadañedo (756 habitantes) el pasado verano no fue capaz de absorber el diluvio y corrió el sábado por la noche como un torrente en una amalgama de agua, barro y ceniza La tromba que descargó la tormenta -la provincia estaba en alerta amarilla- formó una riada que bloqueó pistas, dañando algunas, provocó desprendimientos de tierra, inundó varias casas y obligó a rescatar a dos personas que se quedaron bloqueadas con su coche, según Protección Civil de Maceda. "Era un río atravesando el pueblo. La gente dice que no recuerda una cantidad de agua igual", describía ayer el alcalde, Carlos Gómez (PP). También se registraron incidencias por culpa de los chubascos intensos en Parada do Sil y en San Amaro. En ninguno de los tres casos hubo heridos. Después de los primeros trabajos para limpiar las vías, retirar algunos vehículos del lodo, los concellos y los particulares siguen con el balance de daños. Hoy irán a Espadanero técnicos de la Xunta.

Las primeras llamadas de alerta llegaron al 112 poco antes de las 8 de la noche del sábado. La central de emergencias movilizó a los equipos de limpieza de la Diputación de Ourense, así como a los voluntarios de Protección Civil de Nogueira de Ramuín y del propio ayuntamiento de Xunqueira de Espadañedo, donde la riada afectó en el pueblo de Barrio a una zona de barracas de feria instaladas por las fiestas. En la parroquia de Ramil, el agua y la vegetación arrastrada se colaron el bajo de una casa. El alcalde dice que en Barrio "hay tres casas con los bajos llenos de lodo, arena y piedras. Habrá que meter maquinaria para limpiar. En algún caso había coches dentro y es posible que los daños sean altos".

¿Influyó el daño al suelo del fuego del pasado verano? "Sin ninguna duda", afirma el regidor. "Al estar calcinado el terreno, no hizo de contención. Bajaron piedras, raíces, cenizas y barro, y todo vino para el pueblo". En principio, el arrastre no afectará al agua potable.