La Guardia Civil detuvo al dueño de un club de alterne de Meis, en Pontevedra, acusado de explotación sexual y trata de seres humanos, al descubrirse que en el local estaban siendo explotadas tres mujeres venezolanas, que fueron liberadas. El juez decretó prisión preventiva con fianza de 12.000 euros para este hombre de origen brasileño.

Una denuncia previa en Cambados llevó a la Guardia Civil a realizar una inspección en el club el 9 de julio, donde fueron localizadas las tres mujeres, de entre 18 y 24 años, que reconocieron a los agentes que estaban siendo obligadas a ejercer la prostitución. Según la investigación, viajaron hasta Pontevedra para un supuesto trabajo de camareras en un hotel que les ofreció el dueño del club. Una vez en el local el encargado les informó de que su trabajo consistiría en ofrecer sus servicios. Fueron coaccionadas bajo amenazas, a ellas y a sus familias. El empresario les informó de que habían contraído una deuda de 3.000 euros cada una.

Las mujeres, que están en una casa de acogida, vivían en condiciones precarias en el club, donde el empresario las obligaba a prostituirse en un horario superior, muchas veces, a las 11 horas diarias. Además de prohibirles salir del local, solo recibían un plato de comida al día y eran penalizadas si no podían trabajar, tanto por enfermedad como por cualquier otra cuestión.