El grave accidente marítimo registrado ayer en la ría de Arousa, entre el puerto de O Grove y la isla de A Toxa, cuando un barco de pasajeros con 52 personas a bordo empezó a arder, pudo haberse convertido en una auténtica tragedia. Finalmente se saldó con 38 heridos, cinco de ellos de gravedad. Son preocupantes las heridas sufridas por dos adultos, con quemaduras en todo su cuerpo, que fueron trasladados en helicóptero al Complejo Universitario de A Coruña. Los otros tres heridos graves fueron evacuados al Hospital de Montecelo (Pontevedra).
Los otros 33 afectados por la deflaglación, las llamas o la caída al mar, con heridas de diversas consideración, pero sobre todo afectados por quemaduras, inhalación de humo, golpes y principios de hipotermia, fueron derivados a Montecelo, al Hospital Provincial de Pontevedra, al Hospital do Salnés, al centro de salud de Portonovo y al de O Grove con ayuda de una decena de ambulancias desplazadas al puerto de O Grove. La Guardia Civil se encargó de cortar al tráfico un carril de circulación en las carreteras más transitadas.
En el momento del incendio, a las cuatro de la tarde y presuntamente provocado por la explosión de una bombona de gas en la cocina del barco, viajaban en el mismo 48 pasajeros, entre ellos ocho niños, además de tres tripulantes y un familiar de uno de ellos. Eran 52 personas, sobre todo de Galicia, Asturias y Portugal. Tuvieron que lanzarse al agua, nadar hasta la orilla, sujetarse en las bateas de cultivo de mejillón y ostra próximas y esperar a que llegaran los equipos de rescate y los marineros y vecinos que se sumaron al operativo.
El barco, de nombre Boramar y perteneciente a la empresa Cruceros Rías Baixas, quedó completamente destrozado por las llamas. Fue presentado por la naviera en mayo y su puesta de largo oficial tuvo lugar hace apenas unos días, con motivo de la procesión marítima desplegada en O Grove en honor a la Virgen del Carmen.
Parece que recientemente le instalaron la cocina a bordo, donde lleva dos bombonas de gas. Ahí o en el motor se produjo la explosión. Además, este catamarán carga 2.000 litros de combustible en sus tanques, de ahí la virulencia del incendio y la espesa y negra humareda generada, visible en toda la ría de Arousa. Los trabajos de extinción fueron complicados. Los bomberos tardaron horas en dar por controlada la situación, cuando el barco, ya varado en la costa de A Toxa, estaba calcinado.
El catamarán de recreo acababa de salir de puerto y el incendio comenzó cuando navegaba entre bateas, a la altura del campo de golf de A Toxa, por lo que el patrón decidió acercarse a uno de los viveros flotantes para que los pasajeros pudieran ponerse a salvo. Es zona de gran valor ecológico en la que hay también importantes bancos marisqueros, por lo que Gardacostas de Galicia, además de colaborar en el rescate, evaluó los posibles daños causados al medio marino, como confirmó la conselleira de Mar.
La mala suerte se ha cebado con la empresa más veterana y experimentada de cuantas se dedican al transporte marítimo en la ría de Arousa, Cruceros Rías Baixas. La fatalidad quiso, además, que ardiera uno de los barcos, el más nuevo, del mismo armador que preside la asociación de catamaranes. El pasado viernes Manuel Álvarez Garrido, como responsable de Cruceros Rías Baixas, destacaba que en más de tres décadas de actividad la empresa no había "tenido ni un hombre al agua"; "ni siquiera cuando se hacen embarques a veces tan complicados como los de Ons". Y proclamaba: "Que nadie se nos cayera al mar en este tiempo es una satisfacción absoluta y un orgullo".
