La Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a un entrenador de fútbol de Mos a 18 años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal a una menor. El tribunal incluye en la pena otro delito de elaboración de pornografía infantil, así como la prohibición de acercarse a la joven durante 20 años. La Fiscalía solicitaba para él 27 años de cárcel.

Los magistrados de la Sección Quinta de la Audiencia, con sede en Vigo, consideran acreditado que a finales de enero de 2016, cuando J.G.F. tenía 37 años, inició relaciones sexuales consentidas con una de las jugadoras del equipo que entrenaba, que entonces tenía 14 años. La joven accedió además a enviarle fotografías y vídeos de ella desnuda y en actitud sexual en numerosas ocasiones.

La sala también le considera culpable de un delito de exhibición de material pornográfico entre menores, por lo que lo sentencia a nueves meses de prisión y le impide acercarse a otra de las jugadoras a la que le enseñó un vídeo de contenido sexual.

Una vez que salga de la cárcel, estará bajo libertad vigilada otros siete años. No podrá acudir a eventos, públicos o privados, ni acercarse a menos de 500 metros de recintos donde se desarrollen actividades destinadas a menores. Se le restringe también la posibilidad de trabajar o colaborar en eventos en los que intervengan niños y se someterá a un programa de educación sexual.

El juicio se celebró la primera semana de julio a puerta cerrada para preservar la intimidad de las menores. La víctima aseguró en su cuenta de Facebook que la relación que mantenían "después de más de 3 años" fue "consentida desde el primer momento", e hizo hincapié en que en la actualidad continúan siendo "una pareja". "Lleva dos años en el cárcel sin haber cometido ningún delito [...] él es inocente y en el juicio así se demostró", escribía la adolescente.

J.G.F. acudió a los juzgados de Vigo desde prisión, donde se encontraba de forma provisional desde octubre de 2016 tras denunciar el padre de la menor los hechos.

El entrenador es reincidente ya fue condenado en 2013 a dos años de cárcel por hechos similares. Entonces fue inhabilitado para ejercer cualquier profesión u oficio, retribuido o no, que suponga un contacto regular y directo con menores.

Denuncia del padre de la víctima

La investigación que derivó en esta causa judicial se inició a raíz de la denuncia del padre de la menor, que sospechaba que su hija estaba manteniendo una relación, aparentemente consentida, con el entrenador de su equipo de fútbol.

La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Pontevedra puso en marcha las pesquisas y pudo constatar que existía esa relación. Este hombre había sido detenido con anterioridad por hechos similares: en enero de 2010 fue denunciado por supuesto abuso hacia otra menor, y de nuevo fue denunciado por los mismos motivos en 2011 (sobre estos hechos fue juzgado y condenado a dos años de prisión).